Este sábado, la cápsula Starliner de Boeing aterrizó exitosamente en White Sands, Nuevo México, después de una misión de seis horas desde su desacoplamiento de la Estación Espacial Internacional (EEI) el viernes. Este regreso sin tripulantes marcó el fin de una misión de prueba accidentada que comenzó con un lanzamiento en junio pasado.
Originalmente, la misión estaba programada para una estancia de ocho días en la EEI, pero se extendió a tres meses debido a problemas técnicos, incluidos fallos en el sistema de propulsión y fugas de helio. La cápsula, que buscaba la certificación oficial de la Starliner como parte de la primera misión tripulada de Boeing, terminó el viaje sin sus dos astronautas, Barry ‘Butch’ Wilmore y Sunita ‘Suni’ Williams. Estos astronautas regresarán en febrero en una nave de SpaceX.
La Starliner se desacopló con éxito de la EEI a las 18:04 hora local (22:04 GMT) del viernes y aterrizó en Nuevo México a las 00:01 hora local (04:01 GMT) del sábado. El procedimiento incluyó una secuencia programada de 12 encendidos cortos de propulsión, que la alejaron de la estación y permitieron un descenso seguro a la denominada «zona de seguridad».
Steve Stich, del Programa de Tripulación Comercial de la NASA, indicó que las fugas de helio podrían estar relacionadas con la corrosión de los sellos, pero no considera necesario un rediseño completo del sistema de propulsores. A pesar de los problemas técnicos, muchos aspectos del vuelo se desarrollaron de manera satisfactoria.
El próximo lanzamiento, previsto para el 24 de septiembre, será la misión Crew 9 de SpaceX, que llevará a dos astronautas de la Starliner de regreso a la EEI, junto con dos nuevos tripulantes. Esta misión, que marca la novena rotación de tripulación de SpaceX para la NASA, no despegará con los cuatro tripulantes inicialmente planificados para dar cabida a los dos astronautas restantes de Starliner.
Este primer vuelo tripulado del Starliner, que ha sufrido varios retrasos, debía ser la prueba final antes de comenzar operaciones regulares para la NASA. Boeing, como segundo proveedor de transporte de misiones tripuladas y de carga al laboratorio orbital, sigue avanzando hacia la certificación completa de su cápsula.