12 de mayo de 1859:  La  Batalla de Copiapó, el  fin de la Revolución Constituyente (Guillermo Cortés Lutz, Profesor y Doctor en Historia, Director del Museo Regional de Atacama ,Serpat)

 

En esta columna nos hemos propuesto  contar  y relevar la revolución constituyente, y sobre todo  dar a conocer los hechos del 12 de mayo de 1859, a 166 años de los hechos.

La revolución constituyente,  fue  de  corte liberal y federalista, siendo uno de sus principales objetivos la derogación de la constitución de matriz portaliana de 1833.  El objetivo de poner fin a la constitución conservadora de 1833 se mantuvo en el ideario de los constituyentes aun después del fin de la revolución el 12 de mayo de 1859.

La correspondencia de Pedro León Gallo, con relación  a lucha  por el cambio de la constitución es esclarecedora: “ Cualquiera, sin embargo, que sea el jefe de la República, no siéndolo varas, lo que para mi es fatal, creo que no podrá dar un paso sin sentirse enredado en los hilos tendidos mañosamente por Montt, y que si algo intenta hacer en beneficio del país, nada podrá realizar si no tiene la capa al toro haciéndose revolucionario: esto es, que desconozca la legitimidad del Congreso y lo mande a pasear, consultando a la nación en una nueva y libre elección con amplios poderes para reformar de punta a cabo la ley fundamental de 1833. Es tan grande el mal que ha invadido todas las arterias de la Republica, que todo paliativo seria inútil, y solo un remedio heroico como el indicado, bastaría a dar vida y salud al enfermo: mas, según el nombre y los antecedentes de las personas que están en posibilidad de ocupar el sumo poder, esto no debe esperarse, y el mal seguirá haciendo su invasión hasta dar al traste con nuestra pobre patria. ¡Dios salve a la República!”. 

Sin lugar a dudas la revolución de 1859, genera  un cambio profundo en la perodificación  y en el devenir histórico chileno, entre estos  cambios  podemos encontrar  el  paso de la república conservadora  de impronta  autoritaria a una república algo más liberal, donde se da una importante lucha por un estado mas moderno y   de carácter más participativo.

José Sierra:  La Revolución Constituyente de 1859 se visibiliza  cuando conocemos sus otros actores, más allá de Pedro León Gallo, en  esta caso especifico hablamos de personajes  que cumplieron roles en esta trama, ese es el caso del joven  líder Calderino José Sierra. Todo nos hace suponer que este joven era de profesión artesano, que participa desde los orígenes mismos de la rebelión, es decir desde el 5 de  enero de 1859, es el último Intendente del periodo revolucionario y en opinión de los historiadores de la época  fue un hombre noble y de desarrollada conciencia política.   Diego Barros Arana y José Victorino Lastarria, dijeron de él: “ Aquel intendente rudo pero noble, podía dar lecciones de hidalguía a los intendentes, a los coroneles y hasta los ministros de  Montt…”.

La Revolución, Caldera y los instituciones constituyentes:. Es de todos conocido, el importante rol que cumplió el puerto de Caldera en la Revolución del 59, concretamente son Copiapó y  Caldera, los núcleos que sostienen  el  diseño  en cuanto   a lo militar, lo política e ideológico.    La revolución de 1859  que fue un levantamiento en armas, pero con un trasfondo ideológico,  profundamente republicano. La provincia de  Atacama se da su propia institucionalidad,  proclaman como Intendente de Atacama a  Pedro León Gallo , se forma un ejército:  los  Zuavos de Atacama, los Cazadores de África, una moneda; el peso constituyente,  un himno, el constituyente, con letra de Ramón Arancibia y música de Enrique Billet,  y un territorio en manos de los revolucionarios  que abarcaba  desde Copiapó a Illapel. 

La Revolución y sus batallas: La gran batalla de la Revolución,  es el combate  de  Los Loros el 14 de marzo de 1859  en las cercanías de la ciudad de La Serena,  con triunfo para los revolucionarios,  luego vendrá la batalla de Cerro grande el 29 de abril,  donde las tropas atacameñas son derrotadas, Pedro León  Gallo, en palabras del historiador  Oriel Álvarez es traicionado,  vencido  en esta batalla debe huir  a San Juan, Argentina, y desde allí salió al destierro a Europa.

 La tensión, la hora de José Sierra y la  caída de Copiapó:   Pero, esto o no sumerge a Copiapó y Caldera en crisis ni anarquía, si bien es cierto la plutocracia copiapina esta algo nerviosa, las noveles instituciones atacameñas  siguen funcionado.  Pero, finalmente el gobierno es entregado al  Juez Dolores Passi, con ello se suponía se restablecía en Copiapó un gobierno cercano a Montt, solo Caldera se mantenía constituyente, siendo gobernada por Anselmo Carabante. Quien finalmente entrega el mando al enviado de  Juez Dolores Passi.  Mientras tanto caía el puerto de Huasco en manos de los gobiernistas y quedaba en manos del teniente Coronel  José Villagrán, de allí avanzarían a Vallenar y posteriormente a Copiapó, donde se suponía la situación estaba controlada.

Es en este momento cuando José Sierra, con gran claridad política y determinación subleva al puerto de Caldera, ahora ya en su calidad de  teniente y toma la capitanía de puerto.  Caldera volvía a manos de los revolucionarios, era el momento de trasladarse a Copiapó y retomar por la armas  el gobierno revolucionario.  La acción de José Sierra, coincidía con la vuelta de los cazadores de África, ultima división revolucionaria, que al llegar a Copiapó  sin renunciar a su ideario  buscan una salida pacifica y de dialogo con las nuevas autoridades, más moderadas, pero la frustración de muchos copiapinos es evidente y comienza una suerte de profundización de las posiciones y de rencillas  entre los copiapinos.

El 8 de mayo desembarcan en Caldera las tropas de José Villagrán,  en ese momento José Sierra decide trasladarse a Copiapó y desde allí resistir. La llegada de Sierra  a Copiapó enciende aun más los ánimos de los descontentos con la moderación de la plutocracia copiapina. Había llegado la hora de asumir el gobierno revolucionario constituyente y José Sierra, con el objetivo de organizar la resistencia se hace nombrar Intendente, el ultimo de la revolución del 59.

El 12 de mayo, las tropas de gobierno llegan a Copiapó, y con José Sierra, ahora al  mando de la revolución  se atrincheran en la plaza de armas. El  historiador Joaquín Fernández, nos cuenta así el desenlace de la batalla: “Cercados y progresivamente estrangulados un puñado de revolucionarios, en su gran mayoría soldado improvisados sacaban fuerzas de flaquezas para resistir una fuerza cuatro veces mayor”.

Finalmente los revolucionarios son derrotados en la plaza de armas, sin balas  y casi sin hombres, José Sierra deja de combatir y se retira, sin ser detenidos por las tropas gobiernistas, ya que al parecer el biotipo de Don José Sierra, no era lo que los soldados  buscaban, es así cono el héroe de la resistencia Copiapina se pierde en la bruma siempre espesa de la historia,  y  también  en la frágil  memoria histórica regional.

Fue José Sierra    el último defensor por las armas  de los alcances e ideales de la revolución atacameña, el  y un grupo de obreros, artesanos y pescadores, copiapinos y   calderinos, son los que sostienen en su ultimo momento el ideal federalista  y liberal de la revolución constituyente de 1859.

 

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