El Ministerio de Sanidad de Gaza informó este sábado que al menos 95 palestinos murieron y más de 300 resultaron heridos durante los ataques de Israel contra la Franja de Gaza registrados en las últimas 48 horas, correspondientes al jueves y viernes.
Entre las víctimas fatales, al menos 10 personas perdieron la vida en las inmediaciones de los centros de distribución de ayuda que la Fundación Humanitaria para Gaza (GHF, por sus siglas en inglés) mantiene en el sur del enclave, según las autoridades sanitarias.
Tanto el Gobierno de Hamás como organizaciones internacionales de ayuda han acusado a Israel de convertir esos puntos de asistencia en “trampas mortales” para una población desesperada por alimentos. De acuerdo con fuentes de la Franja, al menos 110 personas han muerto por fuego israelí en las zonas donde opera la fundación desde la semana pasada.
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), que mantiene un hospital de campaña en el sur de Gaza, confirmó que ha recibido al menos 48 cuerpos tras incidentes registrados en los centros de distribución. Además, los heridos atendidos en sus instalaciones aseguraron haber sido atacados mientras intentaban acceder a la ayuda humanitaria.
El Ejército israelí reconoció que sus tropas abrieron fuego en múltiples ocasiones a menos de un kilómetro de uno de los centros instalados en el barrio Tel al Sultan, en Rafah, argumentando que algunos gazatíes abandonaron las rutas establecidas para llegar al lugar.
Pese a las críticas, tanto Estados Unidos como Israel respaldan a la fundación GHF, destacando que su sistema de reparto es clave para impedir que Hamás se beneficie de la ayuda enviada al enclave.
En respuesta a los recientes hechos, las fuerzas israelíes establecieron un horario restringido para acceder a los puntos de distribución, entre las 06:00 y las 18:00 horas locales, advirtiendo que fuera de ese rango “la aproximación supone un peligro para sus vidas”.
La GHF señaló en un comunicado que, hasta el momento, ha repartido cerca de 9 millones de raciones de comida en el sur de Gaza. La organización aún no ha logrado abrir centros en el norte del enclave, donde se estima que viven alrededor de un millón de personas, aunque mantiene planes de expansión hacia esa zona.
