
El grupo islamista Hamás advirtió este viernes que la decisión del Gobierno de Israel de ampliar su ofensiva militar en la Franja de Gaza, con el objetivo de tomar el control de la ciudad homónima, significaría “sacrificar” a los rehenes que aún permanecen retenidos. La organización calificó el plan israelí como “un nuevo crimen de guerra” y acusó al Ejecutivo de Benjamín Netanyahu de despreciar la vida de sus propios prisioneros con fines políticos.
En un comunicado difundido en sus redes, Hamás criticó duramente al gabinete de seguridad israelí, que durante la madrugada aprobó el avance militar hacia Gaza, ciudad densamente poblada con cerca de un millón de habitantes. La organización denunció que Israel evita usar el término «ocupar», lo que interpretó como un intento de evadir responsabilidades legales frente a la comunidad internacional.
“La decisión de ocupar Gaza confirma que el criminal Netanyahu no se preocupa por los prisioneros (…) y sabe que ampliar la agresión significa sacrificarlos”, afirma el comunicado, acusando al gobierno israelí de abandonar las negociaciones cuando estaban “a punto de alcanzar un acuerdo”.
Según Hamás, el grupo había aceptado un pacto que incluía la liberación de 20 rehenes vivos y 50 fallecidos a cambio del cese del fuego y la retirada israelí del enclave, condición que Israel no ha aceptado. En ese contexto, responsabilizan a las autoridades israelíes del colapso de las conversaciones por la vía diplomática.
El grupo también hizo un llamado urgente a organismos internacionales como la ONU, la Corte Internacional de Justicia y la Corte Penal Internacional, para que actúen y frenen el avance israelí, exigiendo que se procese a los responsables “por este crimen brutal contra civiles”.
Plan israelí y tensiones internas
En paralelo, el primer ministro Benjamín Netanyahu confirmó en una entrevista con la cadena estadounidense Fox News, luego publicada en su perfil de X, que su objetivo es ocupar toda Gaza, aunque sin intención de gobernarla directamente. Propone, en cambio, establecer un “perímetro de seguridad” y transferir el control a “fuerzas árabes” que garanticen la seguridad de Israel y excluyan a Hamás.
Sin embargo, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han expresado reservas respecto a la operación, principalmente por el riesgo que implica para los rehenes. Un antecedente crítico ocurrió a fines de agosto, cuando seis cautivos fueron ejecutados por las milicias palestinas tras el avance militar, y posteriormente hallados el 1 de septiembre.