OPINIÓN

Algo de dulce… pero más de agraz ( por Rodrigo Rojas Veas , rector Santo Tomás Copiapó)

 

Esta semana conocimos la cifra de la tasa de desempleo del último trimestre móvil agosto – octubre 2018 en la región, la que alcanzó un 8,1%, lo que nos sitúa entre las tres regiones con mayor desempleo del país. Este indicador, de alto impacto para la población, se ha consolidado en una tendencia negativa en especial durante este año.

Si observamos el comportamiento en las dos comunas de Atacama que son objeto de esta medición, Copiapó y Vallenar, observamos que la tasa de desocupación en Copiapó alcanzó un 7,2%, lo que implica un aumento de 1,9% en relación al mismo periodo en 2017 mientras que en Vallenar fue de 9,7%, lo que representa una disminución de 1,2% en comparación al mismo periodo del año pasado.

El análisis de las cifras de empleo es en cierto modo contradictoria pues la información entregada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) nos muestra un aumento del número de ocupados y del número de empleos asalariados, lo que podría ser un buen síntoma, en el mismo trimestre en que aumenta el desempleo en la región

En lo concreto interesa saber qué está ocurriendo en nuestra región para que se produzca este fenómeno de mayor cantidad de ocupados y al mismo tiempo un mayor desempleo comparado con el mismo trimestre del año anterior.

En esta línea una primera constatación es que no se observa un repunte en la actividad económica, especialmente de la inversión que signifique la ejecución de nuevos proyectos o la expansión de los ya existentes en las distintas áreas productivas o de servicios por lo que la creación de nuevos empleos se ha visto resentida en toda la cadena. Una segunda constatación es que ha existido un mayor optimismo de los agentes económicos respecto de la posibilidad de que se inicie un ciclo positivo lo que origina que más personas salgan en busca de trabajo motivados por la expectativa de que la economía se dinamice. Tenemos entonces una baja creación de fuentes laborales y un aumento de expectativas lo que presiona el mercado laboral, el que no demuestra capacidad por el momento de absorber esta mayor demanda.

Los hechos conocidos en este tiempo de procesos de desvinculación en importantes empresas, la postergación de nuevos proyectos del sector minero que se esperaba ingresaran este año al Servicio de Impacto Ambiental, el cierre de emblemáticas tiendas del comercio local y los problemas de ejecución presupuestaria en la inversión pública son malas noticias que permean negativamente el estado de ánimo regional.

 

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