OPINIÓN

Atacama ¿a merced de la izquierda? ( Patricio Urquieta Garcia, ex Intendente Región de Atacama )

 

 

Atacama ha sido un histórico bastión electoral de la izquierda. El PC, el PS y el PPD han cosechado triunfos en diversas elecciones presidenciales, parlamentarias y municipales, y eso ha sido reconocido a nivel nacional. Pensemos en el presente y el futuro de Atacama.

 

Hoy, en medio de un tradicional paro de la educación en Atacama, los electores de Atacama han sido testigos (y sus hijos víctimas) de la política de izquierda. La gestión del Servicio local de educación pública (SLEP) está protagonizada por los políticos del partido socialista, comunista, frente amplio, y el PPD, y el propósito de él o ella (como dicen) es “avanzar sin transar” en apropiarse del Estado para derrotar el modelo que hizo prosperar a Chile. Todo mientras sus hijos asisten a un colegio privado.

 

La idea de igualdad de la izquierda –distinta a la igualdad formal o ante la ley que defiende el liberalismo– es una trampa que conduce a la estatización de Chile. La crisis de la educación pública es obra de la estatización. Los mismos líderes políticos que hoy acusan al Gobierno del Presidente Boric de ser incapaz de hacerse cargo (y tienen razón), son quienes la gestaron pidiendo y legislando una educación estatal. La promesa sobre la educación estatal, gratuita y de calidad es hoy una derrota de Atacama. 30 mil estudiantes dependen de esa educación que la izquierda ni siquiera puede gestionar, sin horizonte de mejora en los próximos dos años.

 

Un futuro distinto depende, al menos, de tres medidas. La primera es abandonar todo apoyo a las ideas del fracaso. La nueva izquierda (integrada por gente joven con ideas viejas) representa un Estado fracasado en los asuntos de interés público; sin embargo, el problema no es el Estado, es su gestión. Luego, votar por las ideas de la libertad. La izquierda quiere estatizar la salud y la previsión, y no hay que ser adivino para saber qué ocurrirá.  Por último, apoyar candidatos que encarnen los propósitos de un Chile que quiere progresar, decididos a hacer lo que se debe en el interés general.

 

En síntesis, un mejor futuro exige una fórmula diferente a la estatización y serán las elecciones la clave de su definición.

 

 

 

 

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