
Durante la última sesión de la Comisión Coordinadora de Protección Regional de julio, se presentaron cifras alentadoras respecto a las emergencias asociadas a descompensaciones por crisis de salud mental en niños, niñas y adolescentes pertenecientes a la red de protección en la región de Atacama.
El informe reveló una disminución sostenida de casos críticos, atribuida al impacto positivo de las acciones preventivas impulsadas por los distintos organismos que integran la red de protección. Entre las medidas destacadas figura la coordinación mensual entre equipos del Servicio de Salud, Hospital Regional y el Servicio de Protección Especializada, incluyendo a los profesionales de las residencias, quienes abordan de manera anticipada situaciones que pudieran generar alertas.
Uno de los pilares ha sido la visita semanal del equipo de salud mental del Hospital de Copiapó a proyectos residenciales, lo que ha permitido una atención más cercana y continua para los menores.
La seremi de Desarrollo Social y Familia, Verónica Rivera, valoró estos avances destacando el mandato del Gobierno:
«Nos han instruido generar todas las instancias y articular la mayor cantidad de voluntades para promover el diálogo, la colaboración y generar acciones concretas en beneficio de la niñez y adolescencia”.
Rivera también anunció el inicio de funciones del nuevo Centro de Salud Mental (COSAM) de Copiapó, el primero de la región, que beneficiará a más de 40.000 personas usuarias de los CESFAM Paipote, Candelaria y de la comuna de Tierra Amarilla.
Desde el Servicio Nacional de Protección Especializada a la Niñez y Adolescencia, se valoró el avance como fruto del compromiso intersectorial, subrayando que el cuidado de la salud mental infantil es una responsabilidad compartida.
El director regional del Servicio de Protección, César Guzmán, resaltó que
“El trabajo coordinado entre las distintas instituciones del Estado nos ha permitido ir avanzando en mejoras a los procesos de atención de los niños, niñas y adolescentes atendidos en la red. Es satisfactorio ver que, de a poco, se avanza en entender que todos somos parte del Sistema de Garantías de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes”.
Este positivo balance refuerza la necesidad de seguir consolidando estrategias que prioricen el bienestar emocional de la infancia más vulnerable de la región, mediante un enfoque preventivo y comunitario.