En Estados Unidos ya se están llevando a cabo los primeros ensayos clínicos con una píldora que busca retrasar el envejecimiento en perros y, potencialmente, alargar su esperanza de vida. El tratamiento se basa en la rapamicina, un medicamento inmunosupresor que científicos están probando en cientos de mascotas.
Actualmente existen dos grandes estudios: STAY, de carácter comercial y aún en secreto por fines de desarrollo; y TRIAD, perteneciente al Dog Aging Project, de carácter académico y sin fines de lucro, donde 850 perros están recibiendo rapamicina. Los ensayos durarán tres años y se espera que puedan aumentar la esperanza de vida de los animales hasta en un 30%, de acuerdo con antecedentes previos en ratones.
La rapamicina es un fármaco utilizado para evitar el rechazo en trasplantes, aislado originalmente en la Isla de Pascua. Su acción se centra en la inhibición de la proteína mTOR, lo que reduce la inflamación crónica asociada al envejecimiento. “La rapamicina restablece el equilibrio entre el crecimiento, la reproducción y la resistencia al estrés”, explicó Matt Kaeberlein, investigador de la Universidad de Washington y líder del proyecto.
Los perros participantes tienen más de siete años y un peso entre 18 y 50 kilos, ya que los animales de mayor tamaño envejecen más rápido. Algunos de ellos recibirán placebo, mientras que otros recibirán el tratamiento real durante un año, con seguimiento posterior de dos años. Hasta ahora, se han reportado mejoras en la función del ventrículo izquierdo del corazón en los perros tratados, sin efectos adversos relevantes.
Kaeberlein destacó que, si bien los resultados en animales son prometedores, todavía no se sabe cuánto podrían vivir más los canes ni si estos efectos serían extrapolables a humanos. “Estamos ante una nueva frontera”, señaló el investigador, subrayando que los ensayos ayudarán a comprender mejor la biología del envejecimiento y las posibles aplicaciones de este medicamento.
