Asteroide 2024 YR4 podría impactar la Luna en 2032 y causar intensa lluvia de meteoritos sobre la Tierra

El asteroide 2024 YR4, recientemente identificado, podría impactar la Luna en el año 2032 y, en consecuencia, generar una lluvia de meteoritos potencialmente peligrosa sobre la Tierra, según un nuevo estudio liderado por el astrónomo Paul Wiegert, de la Universidad de Western Ontario.

Tras descartar inicialmente un impacto directo con nuestro planeta —riesgo que llegó a reducirse al 0 % tras observaciones internacionales y de la NASA—, nuevos cálculos indican que el asteroide, de poco más de 60 metros de diámetro, presenta un 4,3 % de probabilidad de impactar la Luna, de acuerdo con los datos recogidos por el telescopio espacial James Webb.

Aunque esta probabilidad sigue siendo baja, los científicos advierten que su trayectoria podría cambiar en los próximos años. Se espera que los telescopios puedan volver a observarlo con precisión recién en 2028, cuando vuelva a acercarse a la Tierra.

Impacto en la Luna y consecuencias en la Tierra

De confirmarse el impacto, el 2024 YR4 sería el objeto más grande en colisionar con la superficie lunar en los últimos 5.000 años. Las simulaciones indican que liberaría una energía comparable a una gran explosión nuclear, expulsando hasta 100 millones de kilogramos de material lunar al espacio.

Se estima que aproximadamente la mitad de los escombros resultantes caerían en el lado de la Luna que mira hacia la Tierra, y que cerca del 10 % de ese material podría ser arrastrado por la gravedad terrestre, provocando una intensa lluvia de meteoritos.

Aunque el fenómeno podría ofrecer un espectáculo visual en el cielo, representa un riesgo significativo para los satélites en órbita. Fragmentos de apenas un centímetro, al viajar a velocidades extremas, pueden tener un impacto equivalente al de una bala, explicó Wiegert. Actualmente hay más de 10.000 satélites activos en órbita, y se proyecta un aumento significativo en la próxima década.

El estudio alerta que, tras un impacto de este tipo, el riesgo de daño a satélites podría multiplicarse por 1.000, frente a los niveles habituales derivados de meteoritos o basura espacial.

Replantear la defensa planetaria

Ante este escenario, los astrónomos plantean que las estrategias de defensa planetaria deben ir más allá del entorno terrestre y ampliarse al espacio cislunar, es decir, el espacio entre la Tierra y la Luna.

“Nuestros resultados demuestran que las consideraciones de defensa planetaria deberían extenderse más ampliamente al espacio cislunar y no limitarse únicamente al espacio cercano a la Tierra”, concluye el estudio.

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