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Comenzó campaña contra la mosca de la fruta en la Región Metropolitana

El Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) de Chile ha intensificado sus esfuerzos en la erradicación de la Ceratitis capitata, más comúnmente conocida como la mosca de la fruta, a pesar de que el país se mantiene libre de esta plaga. Recientemente, se ha puesto en marcha una nueva campaña de control en las comunas de San Bernardo y Lo Espejo, como parte de una serie de acciones continuas para preservar la salud de la industria agrícola nacional.

La historia de esta incansable lucha se remonta a 1963, cuando se detectó por primera vez la presencia de la plaga en el Oasis de Pica, en la actual Región de Tarapacá. Desde entonces, el SAG ha desempeñado un papel fundamental en la protección de los cultivos chilenos, implementando medidas preventivas y estrategias de control.

El Proyecto 335, establecido por el Ministerio de Agricultura en 1980, se ha convertido en un bastión en la defensa contra la mosca de la fruta. Su objetivo primordial es mantener a Chile libre de esta plaga y, en caso de cualquier ingreso accidental, implementar rápidamente medidas de control y erradicación.

La Ceratitis capitata, catalogada como uno de los insectos más perjudiciales para la agricultura, representa una amenaza para alrededor de 250 especies de frutales y hortalizas. Su ciclo de vida, influenciado por factores como la temperatura y la humedad, permite que las hembras depositen hasta 200 huevos en la fruta durante su fase adulta. Este ciclo destructivo comienza con la eclosión de los huevos, seguido por el desarrollo de las larvas que se alimentan de la pulpa de la fruta, provocando su descomposición.

Guillermo Crothers, jefe de la campaña en San Bernardo, explica: «Una vez que se desarrollan los huevos, nacen las larvas, y éstas penetran en la pulpa alimentándose de la fruta fresca, la que comienza a pudrirse hasta que cae. Al caer al suelo, las larvas emergen y se entierran, transformándose en pupas. Las pupas se desarrollan en la tierra, convirtiéndose en nuevas moscas adultas, reiniciando su ciclo biológico».

El sistema de detección temprana del SAG identifica áreas de riesgo y coloca trampas con cebos atrayentes en estas zonas, que son revisadas regularmente en busca de capturas de moscas. Con alrededor de 15 mil trampas distribuidas en todo el territorio nacional, excepto en la región de Magallanes, se establece una red de monitoreo exhaustiva para proteger los cultivos.

 

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