El fútbol mundial está de luto tras la repentina y trágica muerte del delantero portugués Diogo Jota, quien falleció la madrugada de este jueves 3 de junio en un accidente de tránsito en la localidad española de Zamora, junto a su hermano, André Silva, también futbolista. Un golpe devastador para su familia, sus compañeros y millones de hinchas que vieron en él a una de las figuras más brillantes de su generación.
Jota, estrella del Liverpool FC y protagonista indiscutido de la Premier League, acababa de vivir uno de los momentos más felices de su vida personal: hace apenas 10 días contrajo matrimonio con su pareja de toda la vida, Rute Cardoso, con quien mantenía una relación desde 2013 y había formado una familia con tres hijos.
El accidente se produjo cuando ambos hermanos se dirigían en un Lamborghini rumbo a Benavente, y por razones que aún se investigan, el vehículo se salió de la vía y se incendió. A pesar de los esfuerzos de los bomberos y servicios de emergencia, las llamas consumieron el automóvil, y las autoridades solo pudieron confirmar el fallecimiento de ambos ocupantes.
El impacto es aún mayor considerando que Jota había jugado recientemente la final de la Liga de las Naciones entre España y Portugal, disputada en junio, donde compartió cancha con su compatriota Cristiano Ronaldo. Fue parte del equipo que alcanzó la gloria tras imponerse en penales al combinado español, sumando así su segundo título continental con la selección lusa.
Nacido en Oporto en 1996, Diogo Jota inició su carrera en el modesto Gondomar, para luego destacar en el Paços de Ferreira. Su talento lo llevó al Atlético de Madrid en 2016, y tras pasos clave por el FC Porto y Wolverhampton, llegó en 2020 al Liverpool, donde rápidamente se convirtió en uno de los referentes del equipo dirigido por Jürgen Klopp.
Fuera de las canchas, Jota mostraba una imagen cercana y familiar. Su relación con Rute Cardoso era ampliamente conocida por sus seguidores, quienes celebraron con entusiasmo su reciente boda, realizada el pasado 22 de junio, apenas días antes de la tragedia.
El fútbol pierde no solo a un talentoso jugador, sino a un joven en plenitud, con una familia formada, una carrera en ascenso y toda una vida por delante. Hoy, la conmoción atraviesa a todo un país y a la comunidad internacional del deporte, que llora a una figura cuya historia terminó de forma tan abrupta como injusta.
