
En un mercado tan competitivo y saturado como el de los televisores, la personalidad de una marca se ha convertido en un factor determinante para diferenciarse y establecer una conexión emocional duradera con los consumidores. La personalidad de una marca no se limita únicamente a la calidad técnica o a las prestaciones que ofrece un producto, sino que va mucho más allá, involucrando aspectos intangibles que generan identificación y preferencia.
En este sentido, el diseño industrial juega un rol fundamental, ya que es a través de él que se materializan los valores, la esencia y la propuesta única de cada marca, proyectando una identidad visual y sensorial que impacta directamente en la experiencia del usuario.
¿Qué define la personalidad de una marca?
La personalidad de una marca puede definirse como el conjunto de atributos humanos que se le asignan y que permiten que los consumidores la perciban como si tuviera características propias de una persona.
Esta humanización facilita la creación de vínculos emocionales y la fidelización, pues las personas tienden a preferir marcas con las que se sienten identificadas o que representan valores que consideran importantes. En el contexto de los televisores, la personalidad de la marca se traduce en la manera en que esta comunica innovación, confiabilidad, sofisticación, modernidad o accesibilidad, entre otros rasgos.
Por ejemplo, una marca que se asocia con la innovación tecnológica buscará transmitir una personalidad audaz, vanguardista y confiable, mientras que otra que apunta a un segmento más tradicional puede optar por una personalidad más cálida, cercana y sencilla. La personalidad de la marca se manifiesta en todos los puntos de contacto con el consumidor, desde la publicidad hasta el diseño del producto, el servicio al cliente y la experiencia de uso.
Ejemplos destacados
El Samsung NEO QLED destaca por su diseño ultra delgado y minimalista, con un marco casi imperceptible que maximiza la superficie visible de la pantalla. La base del televisor es sólida y discreta, lo que aporta estabilidad sin restar protagonismo a la pantalla. Los materiales utilizados, como el metal y el vidrio, transmiten una sensación de calidad y modernidad.
Este diseño refleja la personalidad de Samsung como una marca innovadora, sofisticada y orientada a ofrecer una experiencia visual premium. Además en el Samsung NEO QLED, la integración de tecnologías avanzadas como la retroiluminación Mini LED y la inteligencia artificial en la imagen refuerza su posicionamiento como líder tecnológico.
Por su parte, el LG OLED C2 presenta un diseño igualmente delgado, pero con un enfoque en la ligereza y la versatilidad estética. Su estructura ligera y los acabados en negro mate permiten que el televisor se integre de manera armoniosa en diferentes ambientes, desde un living moderno hasta un espacio más clásico.
Este diseño proyecta una personalidad de marca que apuesta por la innovación tecnológica y la elegancia funcional, destacando la calidad de imagen y el contraste que ofrece la tecnología OLED. La experiencia de usuario se ve enriquecida por un diseño que facilita la instalación y el uso cotidiano, reforzando la idea de un producto pensado para adaptarse a las necesidades y gustos del consumidor.
Hisense, por su parte, ha irrumpido con fuerza en 2025 con una propuesta que combina diseño premium y tecnología avanzada en su nueva gama de televisores Mini LED, con tamaños que llegan hasta las 110 pulgadas. Su línea incluye modelos como los U6QF, U7QG, U8QG y U9QG, que destacan por sus pantallas con retroiluminación Mini LED de última generación que permiten un control preciso del brillo y el contraste, además de contar con tecnologías como el procesador inteligente Hi-View AI Engine X, que mejora la calidad de imagen en tiempo real.
El diseño de los televisores Hisense para 2025 es grande y llamativo, con un enfoque en convertir cualquier espacio en una experiencia tipo sala de cine. La estética combina líneas limpias con acabados modernos que resaltan la pantalla gigante, pero también cuidan la integración en diferentes ambientes, ofreciendo variedad en tamaños y estilos. Además, incluyen características como pantallas de baja reflexión que reducen hasta un 75% los reflejos, lo que mejora la visibilidad en distintos entornos.
¿Cómo se puede definir el diseño industrial?
El diseño industrial es una disciplina que combina creatividad, ingeniería y estrategia para desarrollar productos que no solo cumplan con su función, sino que también sean estéticamente atractivos y emocionalmente resonantes. No se trata únicamente de la apariencia externa, sino que considera la ergonomía, la usabilidad, la sustentabilidad y la experiencia global del usuario.
En esencia, el diseño industrial es el puente entre la innovación tecnológica y la percepción del consumidor, ya que traduce conceptos abstractos en objetos tangibles que forman parte de la vida cotidiana.
En el caso de los televisores, el diseño industrial abarca múltiples aspectos, la delgadez del marco, la textura y calidad de los materiales, la forma y estabilidad de la base, la disposición de los controles y puertos, e incluso la integración de tecnologías como pantallas curvas o paneles ultra delgados.
Cada una de estas decisiones de diseño tiene un impacto directo en cómo el producto es percibido y cómo se diferencia frente a la competencia. Un diseño bien logrado puede potenciar la experiencia visual y emocional, haciendo que el televisor no sea solo un aparato electrónico, sino un elemento central en el living o sala de estar.
¿Cómo definir la identidad de marca?
La identidad de marca es el conjunto de elementos visuales, comunicacionales y experienciales que definen a una empresa y la hacen reconocible y coherente ante su público. Esta identidad incluye el logotipo, los colores corporativos, el tono de comunicación, el packaging y, fundamentalmente, el diseño de sus productos. La coherencia entre estos elementos es esencial para construir una imagen sólida y confiable que perdure en el tiempo.
En el mercado de los televisores, la identidad de marca se refleja en la forma en que los productos se presentan y en la experiencia que ofrecen. Por ejemplo, Samsung y LG, dos líderes mundiales en esta industria, han desarrollado identidades muy claras y diferenciadas que se manifiestan en el diseño industrial de sus televisores.
Samsung apuesta por un diseño minimalista, elegante y futurista, que comunica innovación y sofisticación. Por su parte, LG se enfoca en la ligereza, la flexibilidad estética y la integración armónica con distintos ambientes, proyectando una personalidad moderna y accesible.
Esta identidad no solo ayuda a que los consumidores reconozcan rápidamente los productos, sino que también genera expectativas y emociones que influyen en la decisión de compra. La identidad de marca es, por lo tanto, un activo estratégico que fortalece la posición competitiva y la relación con el cliente.
El estudio de Aaker sobre la personalidad de marca
Jennifer Aaker, experta en marketing y branding, desarrolló un modelo que clasifica la personalidad de marca en cinco dimensiones principales, sinceridad, emoción, competencia, sofisticación y rudeza. Este enfoque permite a las empresas identificar con mayor precisión qué rasgos desean proyectar y cómo comunicar estos valores para conectar emocionalmente con su audiencia.
La dimensión de sinceridad se asocia con marcas honestas, genuinas y amigables. La emoción se vincula con marcas apasionadas, atrevidas y creativas. La competencia refleja liderazgo, confiabilidad y eficiencia. La sofisticación está relacionada con elegancia, prestigio y glamour. Por último, la rudeza representa fuerza, robustez y masculinidad.
En el caso de los televisores, marcas como Samsung, LG y Hisense suelen enfatizar la competencia y la sofisticación. Samsung, por ejemplo, se posiciona como una marca que combina tecnología avanzada con un diseño elegante y futurista, lo que transmite confianza y exclusividad.