«Difícil mejorar sin consensuar tono y acción» por Alberto Calvo (Arquitecto)

Como habitante y espectador de lo que ocurre en nuestra Región de Atacama, siempre la capacidad de asombro se ve superada, tanto en el actuar, como en el ejecutar.
Estamos intentando salir de una tragedia, tenemos un territorio devastado y han transcurrido más de cuatro meses y las ciudades siguen sucias como expresión visual, sin referirme siquiera a los escombros y lodos en cantidades, aún presentes en el paisaje urbano.
Los recursos ofrecidos no han llegado, ni llegaran oportunamente, hablaron o informaron inicialmente de 1.500 millones de dólares, pero oía a la Primera Autoridad Regional, con una alegría que pretendía transmitir, indicarnos que tendríamos 500 millones de dólares para Construir este nuevo Atacama. Cifras que no permiten de modo alguno, conseguir este anhelado y nuevo paisaje urbano.  Lo rescatable, por lo menos, es que se deja de hablar de Reconstrucción y emplea un verbo más alentador, que permite soñar e invitar a consolidar las esperanzas.
Pero siempre hay un pero, tenemos una cesantía creciente en la Región y la más alta del país y  la actual Administración, en su versátil e ideológico programa, en esta pseudo búsqueda de la anhelada igualdad, creó en sus Planes de Vivienda, un programa que considera la inclusión, otra acepción que explotan, para que los más vulnerables se consideren participes y en dicho afán, la Región a través del Sector Vivienda, seleccionó tres proyectos, que suman 1500 soluciones habitacionales, en dos sectores residenciales de la Comuna de Copiapó y han surgido voces disonantes, pues  ellos, los residentes del entorno, se verían afectados en la plusvalía de sus viviendas si sinceraran sus preocupaciones, pero usan como argumentos, un sinnúmero de exigencias, que nunca se preocuparon de requerir, al decidir invertir en dicho sector, donde existía un solo actor inmobiliario y que no efectúo, ni se le exigió, porque no correspondía, el rigor actual para pedir, estudios y obras de mitigación, que tienen al sector con las dificultades reclamadas, independiente de la ejecución o no de ambos proyectos.
Independiente del problema publicitado por connotados próceres locales, sin la solidez técnica necesaria, sino como una manifestación de molestia entendible, también participan las autoridades que impiden por acción u omisión, que se materialicen proyectos, que traerán actividad laboral, que tanta falta nos hace y que permitirá a su vez, que 1500 nuevas familias tengan su vivienda propia, 1500 familias que en momentos tan difíciles, deciden invertir e instalarse en la ciudad, una acción valiente al lado de todos aquellos, que ante lo ocurrido decidieron partir, mostrándonos su realidad egoísta e interesada, sin desprendimiento alguno.
Lo relatado, es una muestra sensible y actual, entre el tono del discurso y los cursos de acción para su pronta ejecución.  Se habla de la Asociación  Público Privada, como discurso, se realizan seminarios, mesas de trabajo y comisiones para su comprensión y funcionamiento y en los ejemplos claros, del día a día, se muestra que tan solo existe el discurso, el resto brilla por su  ausencia, ignorando algo clave, como es el sentido de urgencia, dado el momento por el que pasamos como Región. Falta compromiso real, no verbal  con el devenir de nuestra Región.

La Región necesita capacidades, que están, pero que no se ven porque no las llaman, solo están y existen, la de los interesados, que solo resuelven sus problemas personales, más que los colectivos o sociales.
Usan el territorio, para desafíos e intereses  personales, los cuales cumplidos o incumplidos, traen consigo la esperada y posterior partida, alejándose del interés del arraigo, tan propio del que se compromete con un territorio. Ejemplos sobran y los dejo a vuestra comprensión.
Es tiempo de ocuparnos de manera fehaciente, de tratar de distinguir a aquellos que en su quehacer diario muestran su real compromiso. Vienen periodos eleccionarios y empiezan a mostrarse todo tipo de personajes, con escasa o errática trayectoria, ofreciendo desde ya ejecutar todo lo que falta, hablando hoy, tratando de que olvidemos sus eternos silencios ante realidades que pudiesen haberse mejorado o cambiado, con tan solo distraer desinteresadamente tiempo para tratar de cooperar y resolver problemas de todos y fundamentalmente de los otros.

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