INTERNACIONAL

Emergencia por la destrucción de la presa de Kajovka en el sur de Ucrania

Las autoridades rusas impuestas en la localidad ucraniana de Nueva Kajovka, en la región sureña de Jersón, han declarado el estado de emergencia debido a la ruptura de la estructura superior de la presa y la consiguiente inundación parcial de la zona. Este desbordamiento está obligando a miles de personas a ser evacuadas.

El alcalde prorruso de Nueva Kajovka, Vladímir Leontiev, anunció que la medida entró en vigor a las 12:00 hora local. Según los servicios de emergencias, alrededor de 600 casas ya han sido inundadas en el distrito de Nueva Kajovka.

El nivel del agua cerca de la localidad, que está ocupada por Rusia desde hace más de 15 meses, ha alcanzado actualmente más de 10 metros, según informó Leontiev. El alcalde advirtió que el agua continúa subiendo y que la ciudad se está inundando, con la avenida del Dniéper ya bajo el agua. Esto significa que el nivel del agua ha subido más de 10 metros.

Leontiev señaló que el agua podría aumentar hasta unos 12,5 metros en la zona de la central hidroeléctrica. La rotura de la presa, según Rusia, fue resultado de un ataque con lanzaderas de misiles múltiples Alder ucranianas, mientras que Kiev afirma que fue provocada por una explosión desde dentro de la central hidroeléctrica. Este incidente afecta a 14 localidades donde residen 22.000 personas, según el presidente del Gobierno impuesto por Moscú en la región de Jersón, Andréi Alekseenko.

La hidroeléctrica de Kajovka, que es la quinta más grande de Ucrania, tiene una capacidad de 334,8 megavatios. Antes del desastre de este martes, el embalse de Kajovka, construido en la década de 1950, contenía 18 millones de metros cúbicos de agua.

Los daños en la presa de Nueva Kajovka han provocado una disminución significativa del nivel de agua en el embalse, que se utiliza para enfriar la planta nuclear de Zaporiyia. Aunque el nivel de agua sigue disminuyendo a razón de 5 centímetros por hora, el director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, aseguró que no existe un «riesgo inmediato» para la seguridad. Grossi mencionó que existen varias fuentes de agua alternativas para la planta nuclear.

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