
La península de Kamchatka, en el extremo oriental de Rusia, fue escenario esta semana de un hecho histórico: la erupción del volcán Krasheninnikov, la primera registrada en más de seis siglos. El fenómeno podría estar relacionado con el devastador terremoto de magnitud 8,8 que remeció la región el miércoles pasado, generando alertas de tsunami en numerosos países del Pacífico.
La jefa del Equipo de Respuesta a Erupciones Volcánicas de Kamchatka, Olga Girina, confirmó que se trata de “la primera erupción históricamente confirmada del Krasheninnikov en 600 años”, precisando que la última vez que este coloso de más de 1.800 metros expulsó lava fue en 1463, con un margen de error de 40 años.
Según informó el Instituto de Vulcanología y Sismología a través de su canal de Telegram, el volcán emitió una columna de cenizas que alcanzó los 6.000 metros de altura, desplazándose hacia el océano Pacífico. Sin embargo, las autoridades aseguraron que no hay zonas habitadas ni turistas en el trayecto de la nube.
La actividad volcánica en la región no se limitó al Krasheninnikov. También se reactivó el Kliuchevskoi, el volcán más alto y activo de Eurasia, apenas horas después del sismo. Ambos eventos han sido vinculados por científicos al terremoto, uno de los más potentes jamás registrados en la región.
El movimiento telúrico desató alertas de tsunami que abarcaron desde Japón hasta Hawái, México, Colombia, Ecuador y la Polinesia Francesa. El impacto más grave, no obstante, se registró en Rusia, donde el maremoto arrasó el puerto de Severo-Kurilsk y sumergió una planta pesquera, según informaron las autoridades locales.
Este terremoto, el más intenso en Rusia desde 2011 —año del devastador sismo en Japón que dejó más de 15.000 muertos—, marca un nuevo capítulo en la agitada actividad tectónica y volcánica del Anillo de Fuego del Pacífico.