
Una nueva escalada militar entre India y Pakistán —ambas potencias nucleares— volvió a encender las alarmas en Asia y el resto del mundo, luego de que la India bombardeara varios puntos del territorio pakistaní durante la madrugada de este miércoles 7 de mayo (hora local).
Según informaron las autoridades indias, el ataque fue una respuesta directa al atentado ocurrido el pasado 22 de abril en la localidad de Pahalgam, en la región de Cachemira, donde milicianos del Frente de Resistencia abrieron fuego contra civiles, provocando la muerte de 25 ciudadanos indios y un nepalí.
Este nuevo episodio de violencia se enmarca en una conflictiva relación bilateral que se arrastra desde la segunda mitad del siglo XX, marcada por episodios de guerra, tensión diplomática y enfrentamientos en la frontera.
Origen histórico del conflicto
La raíz de la disputa entre ambos países se remonta a la independencia del Imperio Británico en 1947, cuando se produjo la partición del subcontinente en dos nuevas naciones: India, de mayoría hindú, y Pakistán, de mayoría musulmana.
La separación, acelerada y carente de planificación, provocó una de las migraciones masivas más grandes de la historia moderna, desatando violentos enfrentamientos entre comunidades religiosas. Uno de los principales focos de tensión surgió en la región de Cachemira, de mayoría musulmana pero gobernada en ese entonces por un líder hindú, el marajá Hari Singh, quien optó por integrarse a la India.
Esta decisión fue rechazada por Pakistán, que respondió con una intervención militar. Desde entonces, ambos países han librado tres guerras por el control de Cachemira, manteniéndose el territorio actualmente dividido entre India, Pakistán y, en menor medida, China.
Cachemira, punto crítico
Cachemira continúa siendo el núcleo del enfrentamiento. Las tensiones han persistido a lo largo de los años, intensificándose cada vez que ocurren atentados o movimientos militares. Como lo señaló el periodista Shamil Shams, “el conflicto por Cachemira sigue siendo el mayor obstáculo para el establecimiento de relaciones bilaterales cordiales”.
El bombardeo ejecutado por India representa un nuevo punto de inflexión en la ya volátil relación con Pakistán. La posibilidad de una guerra abierta vuelve a estar sobre la mesa, con el agravante de que ambos países poseen armamento nuclear.