
El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó en secreto una directiva dirigida al Pentágono que autoriza posibles operaciones militares directas contra cárteles en Latinoamérica, incluyendo acciones en el mar y territorio extranjero. Así lo reveló el diario The New York Times, que calificó la medida como el paso más agresivo hasta ahora en la cruzada de la administración Trump contra el narcotráfico.
La directiva establece una base legal para el uso de las fuerzas armadas en lo que tradicionalmente ha sido considerado un ámbito de competencia policial. El objetivo declarado es combatir el tráfico de drogas, particularmente el fentanilo, que ha causado una crisis de salud pública en EE.UU. Según el reporte, oficiales militares estadounidenses ya estarían trabajando en planes operativos para ejecutar esta política.
En paralelo, la administración Trump intensificó sus acusaciones contra el presidente venezolano Nicolás Maduro, a quien señala como líder del Cartel de los Soles, una organización criminal que fue recientemente incorporada a la lista de grupos terroristas globales especialmente designados.
Como parte de esta ofensiva, el Gobierno estadounidense anunció una recompensa de 50 millones de dólares por información que permita la captura de Maduro. La fiscal general Pamela Bondi, en un mensaje oficial, afirmó que el mandatario venezolano “utiliza organizaciones terroristas extranjeras como el Tren de Aragua, el Cártel de Sinaloa y el Cártel de los Soles para introducir drogas letales y violencia en nuestro país”.
Bondi también detalló que la DEA ha incautado 30 toneladas de cocaína vinculadas a Maduro y sus allegados, de las cuales casi 7 toneladas estarían directamente relacionadas con el presidente venezolano. Esta droga, según el gobierno estadounidense, frecuentemente es mezclada con fentanilo, lo que ha contribuido a miles de muertes por sobredosis en EE.UU.
Hasta el momento, no ha habido declaraciones públicas del Pentágono, el Departamento de Estado ni la Casa Blanca sobre las implicancias legales y estratégicas de esta directiva, que podría tener profundas consecuencias diplomáticas y de seguridad en la región.