
La tensión entre Israel e Irán alcanzó un nuevo punto crítico este domingo, con un intercambio casi simultáneo de ataques aéreos entre ambos países, en el marco de la escalada iniciada la madrugada del viernes tras un bombardeo israelí sobre la capital iraní.
En Teherán, se reportaron nuevas explosiones provocadas por ataques israelíes, lo que activó los sistemas de defensa antiaérea en distintos sectores de la ciudad. Según el Tehran Times, las detonaciones se registraron en zonas como Shahrak Gharb, Saadat Abad y Punak, en el poniente de la capital, mientras columnas de humo eran visibles en el sector oriente.
La agencia EFE confirmó al menos dos explosiones en el norte de la ciudad, además de disparos de las defensas antiaéreas iraníes tratando de interceptar misiles y drones. Los ataques han sido recurrentes desde el inicio de la ofensiva, dejando más de 100 muertos, en su mayoría civiles, según medios iraníes. No obstante, las autoridades no han confirmado esa cifra, aunque el Ministerio de Salud reconoció que muchas de las víctimas son mujeres y niños, alcanzados en zonas residenciales.
Las autoridades sí han confirmado la muerte de al menos 15 altos cargos militares y nueve científicos nucleares en el transcurso de los ataques.
En respuesta, Irán lanzó este domingo la séptima oleada de misiles hacia territorio israelí, lo que provocó la activación de las alarmas antiaéreas en Jerusalén y otras ciudades del centro y norte del país. Las fuerzas armadas israelíes informaron que los sistemas de defensa operaban para interceptar los proyectiles, al tiempo que la aviación atacaba objetivos en Teherán.
En un intento por frenar la escalada, el ministro iraní de Exteriores, Abás Araqchí, señaló que Irán está dispuesto a detener sus ataques si Israel cesa su ofensiva sobre territorio iraní. “Si se detiene la agresión, nosotros también pararemos”, afirmó durante una reunión con embajadores en Teherán, según Tehran Times. “Nuestra intención al atacar los territorios ocupados es puramente de defensa propia”, agregó.
Ambos países permanecen en máxima alerta mientras la comunidad internacional observa con preocupación el rápido deterioro de la situación en Medio Oriente.