
El expresidente francés Nicolas Sarkozy ingresó este martes en la prisión de La Santé, en París, para cumplir la condena de cinco años de cárcel que le fue impuesta por el financiamiento ilegal de su campaña presidencial de 2007 con dinero proveniente del régimen libio de Muamar Gadafi, convirtiéndose así en el primer exjefe de Estado francés en ser encarcelado.
Sarkozy llegó al centro penitenciario, ubicado en el distrito XIV de la capital francesa, a las 9:39 horas locales, escoltado en un vehículo negro y seguido por decenas de periodistas y camarógrafos que transmitieron en directo su recorrido desde su domicilio en el distrito XVI. A su llegada, fue recibido por curiosos y simpatizantes que gritaron mensajes de apoyo como “¡Bienvenido Sarkozy!” y “¡Sarkozy está aquí!”, mientras otros preguntaban por su esposa, la cantante Carla Bruni.
El exmandatario abandonó su residencia alrededor de las 9:10 horas, acompañado por su familia y despedido entre aplausos y cánticos de La Marsellesa. Antes de dirigirse a la prisión, publicó un mensaje en sus redes sociales en el que aseguró: “Al prepararme para cruzar los muros de La Santé, mis pensamientos están con el pueblo francés. No es un expresidente quien está siendo encarcelado esta mañana, sino un hombre inocente. Seguiré denunciando este escándalo judicial”.
Los abogados del exjefe de Estado, quien también se convierte en el primer expresidente de la Unión Europea en ingresar a prisión, anunciaron que presentarán “muy rápidamente” una solicitud de puesta en libertad, al considerar que “una noche en prisión es demasiado”. Christophe Ingrain, uno de sus defensores, declaró a la cadena BFMTV que el encarcelamiento “refuerza su determinación y su rabia por demostrar su inocencia”.
El letrado añadió que, mientras se tramita la petición, Sarkozy permanecerá entre tres semanas y un mes detenido, tiempo tras el cual el tribunal decidirá si concede su liberación, lo que podría permitirle pasar las Navidades en su domicilio y enfrentar en libertad el juicio de apelación previsto para marzo de 2026.
Durante su reclusión, Sarkozy planea escribir sobre su experiencia y sobre la injusticia que, según él, ha sufrido. El exmandatario fue condenado el pasado 25 de septiembre por asociación de malhechores y por permitir que sus colaboradores gestionaran aportes financieros ilegales desde Libia para su campaña presidencial, un escándalo que ha marcado profundamente la política francesa y europea.