
El gobierno de Estados Unidos impondrá una tarifa extra de al menos 250 dólares a todos los extranjeros que ingresen al país con visas de no inmigrante, como parte de la denominada «tarifa de integridad de visa», incluida en la reciente ley presupuestaria aprobada por el presidente Donald Trump.
La medida, que se suma a los costos ya existentes, afectará a personas que viajen al país por turismo, negocios, estudios u otros fines temporales. Según cifras del Departamento de Estado, en 2024 se emitieron cerca de 11 millones de visas de no inmigrante.
Los viajeros que cumplan con los términos de su visa y abandonen el país dentro del plazo establecido tendrán derecho a solicitar un reembolso de la tarifa adicional.
Un portavoz del Departamento de Estado declaró a CNN que este nuevo cobro busca «apoyar» las prioridades migratorias del actual gobierno. En tanto, la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO) estima que la implementación de esta tarifa podría reducir el déficit fiscal en cerca de 28.900 millones de dólares en la próxima década.
La normativa, firmada por Trump el pasado 4 de julio, otorga al Departamento de Seguridad Nacional la facultad de ajustar la tarifa según los niveles de inflación. Además, la ley excluye cualquier tipo de exención para personas de bajos ingresos.
Asimismo, se introdujeron aumentos en otras solicitudes migratorias, incluyendo por primera vez el cobro de una tarifa para los solicitantes de asilo. Estos deberán pagar 100 dólares al momento de presentar la solicitud y una tarifa adicional del mismo monto por cada año en que el trámite permanezca sin resolución.
Frente a estos cambios, el Consejo Americano de Inmigración (AIC) expresó su preocupación y advirtió que estas “elevadas” tarifas pueden bloquear el acceso a procesos migratorios para personas con menos recursos económicos.