
El Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos cayó un 0,5 % anualizado entre enero y marzo, según la tercera y última estimación del Departamento de Comercio publicada este jueves. Esta cifra refleja una contracción más pronunciada que el 0,2 % informado en la estimación previa, en medio de crecientes temores por los aranceles comerciales.
La revisión a la baja se explica principalmente por una desaceleración en el gasto del consumidor —motor clave de la economía estadounidense—, que avanzó apenas un 0,5 % en el primer trimestre, frente al 1,2 % estimado previamente. Se trata de la tasa de crecimiento más baja en más de cuatro años.
Además, el déficit comercial tuvo un impacto negativo en el desempeño económico. Empresas estadounidenses anticiparon los aumentos arancelarios impulsados por la administración del expresidente Donald Trump, importando masivamente, lo que amplió el desequilibrio comercial y redujo el PIB.
En paralelo, un informe del Departamento de Trabajo reveló que las solicitudes de beneficios por desempleo aumentaron en 37.000, alcanzando los 1,974 millones de personas, el nivel más alto desde noviembre de 2021, reflejando una mayor dificultad para encontrar empleo.
No obstante, otros indicadores entregaron señales mixtas. Los nuevos pedidos de bienes duraderos crecieron un 16,4 % en mayo, impulsados por una fuerte demanda de equipos de transporte. Asimismo, los bienes de capital no relacionados con defensa —excluyendo aeronaves— aumentaron un 1,7 % tras una caída en abril, anticipando una posible recuperación de la inversión empresarial en el segundo trimestre.
Este repunte coincide con una reducción mutua de aranceles entre China y Estados Unidos. Sin embargo, los analistas sostienen que estos datos retrospectivos tienen poco peso en las decisiones futuras de la Reserva Federal, que permanece enfocada en los riesgos inflacionarios y el comportamiento del mercado laboral.