
El Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos registró una caída del 0,3% a ritmo anualizado durante el primer trimestre de 2025, marcando la primera contracción trimestral desde 2022. Así lo informó este miércoles el Buró de Análisis Económico (BEA), en el primer reporte económico que incorpora el efecto inicial del nuevo mandato presidencial de Donald Trump.
La disminución del PIB se atribuye principalmente a un fuerte aumento de las importaciones —del 41,3%— y a una reducción en el gasto del gobierno federal. Este incremento en las compras externas habría respondido a la anticipación de aranceles anunciados y parcialmente implementados en febrero y abril. En contraste, las exportaciones subieron apenas un 1,8%, generando un desequilibrio que restó más de cinco puntos porcentuales a la actividad económica.
A pesar de esta contracción, algunos indicadores muestran señales mixtas. El consumo de los hogares, que representa cerca de dos tercios de la economía estadounidense, creció un 1,8%, aunque muy por debajo del 4% registrado en el último trimestre de 2024. En tanto, la inversión nacional privada aumentó un 21,9%, lo que suaviza parcialmente la lectura negativa del trimestre.
Esta baja en el PIB también coincide con un nuevo escenario de política económica, caracterizado por anuncios de rebajas de impuestos, recortes en el gasto público y una política arancelaria inestable impulsada por la administración Trump, lo que ha generado incertidumbre en los mercados. De hecho, los analistas inicialmente esperaban un crecimiento del 0,4%, pero ajustaron sus proyecciones a la baja ante el efecto de las medidas comerciales.
El retroceso económico de este trimestre contrasta con el crecimiento del 2,4% registrado en el último período de 2024, reflejando el impacto inmediato de los cambios en la política fiscal y comercial de la nueva administración.