OPINIÓN

La injusticia máxima. ( Por Sofía Cid Versalovic, Diputada por Atacama )

 

El mes de diciembre ha traído un nuevo golpe las familias chilenas: el fracaso del Sistema de Admisión Escolar (SAE) para que los estudiantes postulen a los colegios.

Es un fracaso desde el momento en que 1 estudiante no logra ser admitido en ninguna de las opciones a las que postuló. No tiene que ver con el número de casos, si no que la magnitud del daño que se produce en los alumnos y sus familias.

A medida que pasa el tiempo, son más los apoderados indignados porque sus hijos, con destacado rendimiento académico, o con capacidades especiales no son seleccionados en los colegios a los que postulan. A medida que pasa el tiempo se comienzan a ver en el horizonte los efectos en la economía familiar de los afectados:

Este sistema, como tantas otras reformas ideológicas impulsadas la ex Nueva Mayoría da una señal clara que debe ser considerada en toda su dimensión: la premisa de que se retribuye justamente el esfuerzo, la dedicación y el estudio fue borrada de nuestro sistema educacional. Asimismo, en busca de una igualdad mal entendida se ha pasado a llevar la dignidad de niños con capacidades especiales o con algunas enfermedades como diabetes, que verán dificultada su educación.

Antes de la creación del sistema de admisión, los apoderados sabían a qué atenerse al postular a un colegio: los alumnos debían rendir exámenes o pruebas de admisión, y las vacantes en los establecimientos de educación se completaban en función de los resultados.

¿Qué justicia puede haber en este sistema? Evidentemente ninguna. Por el contrario, se ha creado por ley un mecanismo poco claro, abiertamente injusto y que debe ser reemplazado por el bien de la sociedad chilena.

Como madre de dos hijos, me pongo en el lugar de los apoderados que ven como sus niños sufren una experiencia traumática innecesaria, y no puedo sino solidarizar con ellos y rechazar el sistema. Como diputada por Atacama, no tengo reparo en levantar la voz en contra de la reforma y comprometer mi voto para corregir este gran error.

Soy Sofía Cid Versalovic, diputada por Atacama.

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