En un estudio reciente sobre competencias para afrontar desafíos futuros, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) destaca las marcadas diferencias en las percepciones globales sobre el impacto de la inteligencia artificial (IA). Publicado este lunes, el informe revela que las poblaciones de los países nórdicos y asiáticos de la OCDE lideran la confianza en el potencial positivo de la IA, mientras que en Colombia, Costa Rica, Chile y Portugal predomina una percepción negativa de esta tecnología.
Según el estudio, género, factores sociales discriminatorios y niveles de educación desempeñan un papel crucial en la formación de estas opiniones. En naciones como Islandia, Japón, Corea del Sur, Finlandia, Suecia, Noruega, Dinamarca y Alemania, al menos un 50% de la población adulta consultada en 2021 expresó confianza en que la IA tendrá un impacto positivo en los próximos 20 años.
En contraste, hasta un 52% de los adultos en Portugal, un 50% en Chile y un 49% en Turquía, entre otros, perciben con desconfianza el impacto de la IA. España se encuentra en una posición intermedia, con un 47% de perspectivas positivas y un 40% negativas.
El estudio destaca que, a nivel global, la preocupación a largo plazo por la IA es mayor entre las mujeres (38%) que entre los hombres (32%) y entre aquellos sin estudios universitarios (37%) en comparación con quienes han cursado la universidad (28%).
En cuanto a la demanda de competencias en IA, el informe señala un crecimiento rápido en los últimos años. Aunque la demanda es aún relativamente baja, en una muestra de 15 países de la OCDE, el porcentaje de puestos de trabajo que requerían competencias en IA pasó del 0,30% en 2019 al 0,40% en 2022.
España, que inicialmente ocupaba una posición rezagada en 2019, ha experimentado un aumento significativo, situándose por encima de la media con el 0,5425% en 2022. Estados Unidos lidera la lista con un 0,8381%.
Los tres principales sectores que concentran la demanda de profesionales con habilidades en IA son las tecnologías de la información y la comunicación, las «actividades profesionales» y las manufacturas.
