Se intentó hasta el último minuto, pero como ha sido la tónica durante los últimos años, la violencia le ganó al fútbol chileno. El partido entre Huachipato y Colo Colo, válido por la final de la Supercopa, terminó de manera anticipada producto de los graves incidentes protagonizados por barristas albos en la galería norte del Estadio Nacional.
Los enfrentamientos entre los integrantes de la Garra Blanca con personal de seguridad privada y Carabineros iniciaron minutos antes de la salida de los equipos a la cancha producto del retiro de una serie de lienzos no autorizados en el sector. Esto atrasó el inicio del compromiso, pero todo empeoró durante el entretiempo.
Los hechos vandálicos siguieron y a eso se sumó el uso de pirotecnia, butacas y otros elementos contundentes para agredir a los guardias. Por altoparlantes se anunció la interrupción momentánea del encuentro y tras unos minutos de incertidumbre, el fútbol se reanudó.
Sin embargo, todo llegó a su término a los 80 minutos por el ingreso de barristas de Colo Colo al sector de la pista atlética. El árbitro José Cabero se retiró de la cancha, los jugadores hicieron lo mismo y otra vez el fútbol nacional es derrotado por la violencia irracional.
En lo que respecta a lo futbolístico -lo realmente importante, el «Cacique» se imponía 2-0 con anotaciones de Carlos Palacios y Arturo Vidal.
