En una tendencia en aumento, parejas en Países Bajos están optando por poner fin a sus vidas mediante eutanasia programada para un mismo día y hora. Aunque representan un porcentaje pequeño del total de muertes asistidas en el país, el número de casos está en aumento, siendo decenas al año, incluida la reciente decisión del ex primer ministro neerlandés Dries van Agt y su esposa, ambos de 93 años.
Dries van Agt y su esposa Eugenie compartieron una vida de 70 años, desde sus días de estudiantes en Nimega hasta su etapa como ministro de Justicia, de Exteriores y primer ministro. Su conexión perduró mientras trabajaban juntos en la fundación de The Rights Forum en 2009, un centro de conocimientos sobre Israel y Palestina, donde buscaron una solución pacífica al conflicto.
El 5 de febrero pasado, con 93 años y un deterioro en su salud, la pareja falleció «de la mano» tras someterse juntos a una eutanasia. Según Fransien van ter Beek, presidenta de la Asociación Neerlandesa para un Final de Vida Voluntario (NVVE), este acto se vuelve cada vez más común en Países Bajos.
En 2022, hubo casi 9.000 eutanasias en Países Bajos, incluyendo 29 parejas que optaron por un proceso de muerte asistida, totalizando 58 personas. Aunque el porcentaje es pequeño, ha experimentado un aumento constante en los últimos años, según datos de los Comités Regionales de Revisión de la Eutanasia (RTE).
El proceso de eutanasia en Países Bajos es estricto y supervisado. Los médicos evalúan las solicitudes de las parejas como dos procesos individuales, asegurándose de que se cumplan las condiciones establecidas por la ley desde que la eutanasia fue legalizada en 2002. La decisión debe ser voluntaria, bien pensada y tomada ante un sufrimiento insoportable y desesperado. Además, se requiere una segunda opinión de un médico independiente.
Duo-eutanasias, como se les conoce, son consideradas excepcionales y representan menos del 1 por ciento del total de casos en Países Bajos. Aunque no es un camino fácil, la opción de morir juntos brinda a las parejas la posibilidad de poner fin a su sufrimiento de manera simultánea, aunque son los hijos y nietos quienes enfrentan una doble pérdida al morir juntos sus padres o abuelos.
*»Sabemos por experiencia que a la gente le parece una idea bonita. Especialmente después de toda una vida en la que las personas se han fusionado entre sí. Así ya no tienes que vivir la muerte de la otra persona, y te ahorras el dolor»*, concluye Van ter Beek. Aunque estas situaciones son excepcionales, la tendencia indica un cambio en la percepción y la aceptación de la eutanasia conjunta en Países Bajos.
