
Una reunión en el Ministerio de Salud reunió al gobernador de Atacama, Miguel Vargas, al senador Rafael Prohens y al equipo de la Subsecretaría de Salud Pública, con el fin de agilizar la certificación que permita poner en marcha la planta desaladora de Chañaral de Aceituno.
Actualmente, la localidad costera depende de camiones aljibe para acceder al agua potable, lo que ha limitado su desarrollo. La planta, construida por el Gobierno Regional y ya instalada, requiere autorización sanitaria para integrarse al sistema de Agua Potable Rural (APR) y abastecer de forma permanente a la comunidad, especialmente durante el verano, cuando la población se triplica.
El gobernador Vargas recalcó la urgencia del trámite: “Lo que queremos es que certifiquen que el agua cumpla con la normativa. Si no abordamos con sentido de urgencia esta situación, podemos tener un colapso sanitario mayor, y eso lo queremos evitar”.
Por su parte, el senador Prohens destacó que la planta lleva más de un año terminada y que urge su funcionamiento: “Lo fundamental es que el Ministerio de Salud certifique que el agua que esta planta procesa cumple con los estándares de consumo humano. En temporada estival la población flotante de la caleta se triplica, lo que podría ser causal de un foco sanitario si no se actúa a tiempo”.
Ambas autoridades coincidieron en la importancia de entregar una pronta solución, considerando además la relevancia de Chañaral de Aceituno como destino turístico de interés nacional e internacional.