
El Departamento de Estado de Estados Unidos activará este lunes la designación del Cartel de los Soles como grupo terrorista extranjero (FTO), una organización de la que se conoce poco públicamente y que Washington vincula a altos mandos del Ejército y del Gobierno de Venezuela. La medida llega en un contexto marcado por el aumento de la presión de la Casa Blanca sobre el Ejecutivo de Nicolás Maduro.
El secretario de Estado, Marco Rubio, ya adelantó el 16 de noviembre que, según el Gobierno de Donald Trump, “existe una base fáctica suficiente” para determinar que el Cartel de los Soles cumple con los criterios establecidos en la Ley de Inmigración y Nacionalidad para ser catalogado como FTO. La normativa exige que el grupo sea extranjero, participe en actividades terroristas y represente una amenaza contra la seguridad de los ciudadanos o de la nación estadounidense.
Esta decisión sigue a la catalogación realizada en julio por el Departamento del Tesoro, que clasificó al Cartel de los Soles como grupo terrorista global especialmente designado (SDGT). En aquella ocasión, el Gobierno venezolano respondió asegurando que la organización era un “invento” de Estados Unidos.
De acuerdo con Rubio, el Cartel de los Soles —junto a otros grupos designados FTO, como el Tren de Aragua y el Cartel de Sinaloa— sería responsable de actos de violencia terrorista en el continente, además del tráfico de drogas hacia Estados Unidos y Europa.
Las autoridades estadounidenses afirman que el Cartel de los Soles, cuyo nombre aludiría a las insignias utilizadas por generales venezolanos, estaría compuesto mayormente por militares desde los años noventa. Sin embargo, las indagaciones de la DEA solo se hicieron oficiales en marzo de 2020, durante el primer gobierno de Trump, cuando el Departamento de Justicia reconoció formalmente la existencia de la organización, supuestamente liderada por el presidente Nicolás Maduro y el ministro de Interior, Diosdado Cabello.
La designación ocurre en paralelo a una intensificación de la estrategia de presión de Trump sobre Maduro, mediante un mayor despliegue militar en el sur del mar Caribe destinado —según Washington— a combatir el narcotráfico. Estas operaciones han derivado en la destrucción de cerca de veinte embarcaciones identificadas como “narcolanchas” y la muerte de 83 de sus ocupantes.
