Japón y China profundizan su tensión diplomática en torno a Taiwán pese a gestiones de EE.UU.

 

Japón y China mantienen un agudo pulso diplomático por la situación de Taiwán, en un escenario que no muestra señales de pronta resolución, pese a las recientes gestiones telefónicas del presidente estadounidense, Donald Trump, con su homólogo chino, Xi Jinping, y con la primera ministra japonesa, Sanae Takaichi.

Según informó Pekín, Xi recalcó en su conversación con Trump que el “regreso” de Taiwán a China constituye una “parte importante” del orden internacional, posición que —según la versión china— el mandatario estadounidense dijo comprender. Sin embargo, en su mensaje posterior en Truth Social, Trump no hizo referencia al asunto, limitándose a describir como “muy buena” la conversación y anunciando un viaje a Pekín en abril del próximo año.

Poco después, el mandatario estadounidense llamó a Takaichi. La primera ministra señaló que Trump le entregó información sobre las relaciones recientes entre Estados Unidos y China, incluyendo detalles vinculados a su comunicación con Xi, sin profundizar en el contenido.

En ese contexto, el politólogo de la Universidad Nacional de Singapur, Ja Ian Chong, sostuvo que los intercambios sugieren que “Estados Unidos sigue apoyando a Japón, al menos retóricamente, y que Taiwán no está sobre la mesa”.

La tensión entre China y Japón se agudizó luego de que Takaichi afirmara en el Parlamento japonés que un eventual ataque militar chino contra Taiwán podría justificar la intervención de las Fuerzas de Autodefensa. Pekín respondió con fuertes reproches y acciones económicas, entre ellas un llamado a sus ciudadanos a evitar viajes a Japón —lo que provocó cientos de miles de cancelaciones de vuelos— y la reactivación del veto a la importación de mariscos japoneses.

Expertos coinciden en que Tokio no retrocederá en dicha posición, considerada coherente con la postura que varios líderes japoneses han mantenido en los últimos años, incluido el fallecido exprimer ministro Shinzo Abe. Aun así, Japón ha buscado vías de distensión, enviando representantes del Ministerio de Exteriores a Pekín y organizando reuniones con el embajador chino en Tokio, Wu Jianghao. China, sin embargo, no ha respondido positivamente y ha escalado sus críticas hasta instancias de la ONU.

Para Japón, Taiwán es un enclave estratégico clave por su ubicación en rutas marítimas, aéreas y de comunicaciones digitales que conectan al archipiélago con el resto del mundo. Un conflicto militar chino en la isla representaría, en la práctica, un riesgo existencial para Tokio.

China, por su parte, podría estar aprovechando la tensión para aislar a Taiwán, medir la solidez de la alianza entre Estados Unidos y Japón y presionar a Takaichi en los primeros meses de su mandato, según análisis de Chong.

En este escenario, la resolución del conflicto no parece próxima ni es claro que Trump esté dispuesto a respaldar sin reservas a Japón, considerando su foco en un eventual acuerdo comercial con China y en consolidar los resultados de su reunión con Xi en octubre.

Mientras tanto, Taipéi reafirmó su intención de avanzar en la construcción de un “sistema de defensa aérea en capas”, para robustecer la capacidad defensiva de la isla, según indicó el presidente William Lai. Paralelamente, el ministro de Defensa japonés, Shinjiro Koizumi, defendió el despliegue de sistemas antimisiles en una cadena de islas cercana a Taiwán, donde el lunes se registró la incursión de un dron chino, enfatizando que se trata de equipamiento con fines exclusivamente defensivos.

 

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