
Estados Unidos autorizó a Ucrania a utilizar armamento de largo alcance de fabricación estadounidense contra objetivos en Rusia, bajo supervisión del Pentágono.
Así lo confirmó Keith Kellogg, enviado especial del presidente Donald Trump para Ucrania, en entrevista con Fox News. “La respuesta es sí. Hay que usar la capacidad de atacar a fondo. No existen los santuarios”, afirmó, precisando que la autorización no es automática y se evaluará de forma individual en cada operación.
Kellogg sostuvo que Ucrania “tiene la oportunidad de desafiar a Rusia de manera mucho más agresiva” si recibe el armamento necesario, aunque advirtió que es clave actuar con cautela para evitar una escalada que involucre a otros países.
En paralelo, el vicepresidente J.D. Vance señaló que Washington está evaluando la venta de misiles Tomahawk a Europa, con el fin de que sean transferidos a Ucrania. “Como dijo el presidente, lo estamos considerando”, indicó, agregando que la decisión final quedará en manos de Trump.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, anunció recientemente la intención de cerrar un “megaacuerdo” con Washington para el suministro de armamento, incluidos sistemas Tomahawk, aunque Kellogg precisó que la operación aún no cuenta con autorización presidencial.
Durante la administración de Joe Biden, Estados Unidos ya había permitido a Ucrania el uso de misiles ATACMS de 305 kilómetros de alcance contra objetivos en territorio ruso. El eventual uso de Tomahawk representaría, según medios estadounidenses, un salto militar significativo.
Por otra parte, el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Ucrania informó este lunes sobre un ataque contra instalaciones en la región rusa de Briansk, cerca de la frontera. Según detallaron, el blanco fue una planta dedicada a producir conectores eléctricos para equipos militares, incluyendo sistemas de control de misiles, tecnología aeronáutica y espacial, además de vehículos blindados y sistemas de comunicación.