El superintendente de Salud, Víctor Torres, explicó que la situación de las isapres «ha ido cambiando por distintas razones», por lo que la proyección «al menos nos permite llegar con mayor tranquilidad hasta el mes de mayo o junio de este año».
Esto luego que a mediados de diciembre afirmara que «la primera (aseguradora) podría caer en febrero. Y luego, consecutivamente, podrían ir incumpliendo algunos indicadores de a una, mes a mes».
Al ser consultado si ha cambiado en algo la situación de las isapres o sigue estando presente la posibilidad de que caigan en cesación de pagos o en incumplimientos, Torres, en conversación con El Diario de Cooperativa, explicó que «la situación ha ido cambiando por distintas razones, y lo digo a propósito de la discusión que se dio en en el Congreso por la ley de de reajuste, porque cuando estábamos discutiendo este proyecto de ley, efectivamente habían condiciones y situaciones que hacían mucho más probable que pudiera haber alguna que cayera en incumplimiento de indicadores, no que cayeran en quiebra, de febrero en adelante».
«Hoy día -continuó-, por los resultados que se suman en el mes de noviembre, más en algunos casos la capitalización de los indicadores que ha hecho una isapre en dos oportunidades en el mes de diciembre y también ahora en enero, estos indicadores han ido modificándose y han mejorado también sus condiciones. Esto a la luz de también considerar el adelantamiento del aumento o del alza del precio base que va a ocurrir en el mes de marzo del presente año».
«Juntando todos esos elementos, la proyección al menos nos permite llegar con mayor tranquilidad hasta el mes de mayo o junio de este año«, indicó el superintendente.
¿QUÉ PASA SI UNA ISAPRE QUIEBRA?
Asimismo, respecto a la posibilidad de que si una isapre si llegara a quebrar, la autoridad señaló que «cuando uno habla de incumplimiento de indicadores la gente tiende a pensar que en ese mismo momento la isapre cierra y no hay ninguna otra posibilidad. Lo que sucede habitualmente es que si una isapre incumple algún indicador de los que nosotros supervigilamos -que son tres en definitiva: el de patrimonio, el de liquidez y la garantía que tienen que tener respecto a las deudas-, nosotros le exigimos a la isapre que entre en un plan de ajuste de contingencia. Ese plan tiene que ser aprobado por nosotros».
Añadiendo que «una vez que es aprobado, tienen hasta seis meses para poder ejecutarlo. Si ese plan no permite salir de la situación de incumplimiento de indicadores a la isapre respectiva, entonces lo que ocurre es que nosotros nombramos un administrador provisional, quien también tiene un plazo determinado para intentar devolver al cumplimiento de indicadores a esa isapre».
Si eso no ocurre, ahondó Torres, la isapre «tiene la posibilidad de vender la cartera a otras isapres; tiene la posibilidad, si la venta no resulta, de licitar la cartera a otras isapres también. Y si no resultase la licitación de esa cartera, ahí es cuando ocurre el cierre del registro de la isapre y ahí es cuando efectivamente los pacientes terminan yendo a Fonasa«.
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