Artritis Reumatoide: consultar temprano es crucial ante síntomas persistentes para prevenir daño crónico y discapacidad a largo plazo

Esta enfermedad puede provocar dolores agudos por la inflamación de articulaciones y problemas en vasos sanguíneos, corazón y pulmones, entre otros.

 

«Dolor y aumento del volumen articular asociado a rigidez matinal y falta de energía, que persiste por semanas, y que no son secundarios al esfuerzo físico». Estos son parte de los síntomas de la artritis reumatoide, patología que generalmente afecta a muñecas, manos, rodillas y pies, y que describe la doctora Silvana Saavedra, internista y reumatóloga internista del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, al comentar la difícil situación de los pacientes en el marco de la conmemoración de su día mundial cada 12 de octubre.

La artritis reumatoide es una enfermedad autoinmune, donde el propio sistema inmunitario ataca por error las células que recubren las articulaciones. Actualmente se estima que más de 100.000 personas en Chile viven con artritis reumatoide y cerca de 18 millones a nivel mundial.
Diagnosticar esta patología en forma temprana es fundamental porque puede generar un mejor futuro en la evolución de la enfermedad, según explica la especialista: «desde la aparición de los primeros síntomas, contamos con una ‘ventana de oportunidad’ -generalmente entre los primeros 3 y 6 meses- en la que un tratamiento oportuno puede modificar significativamente el pronóstico a largo plazo. Cuando hay barreras de acceso, el diagnóstico puede tardar más; por eso es tan importante consultar temprano ante síntomas persistentes, para así prevenir daño crónico y discapacidad a largo plazo».

El diagnóstico es realizado por el reumatólogo y para confirmar la patología debe evaluar el historial clínico, examen físico de las articulaciones, exámenes de laboratorio e imágenes. Al tratarse de una enfermedad que afecta a todo el organismo, sus síntomas pueden también incluir problemas en los ojos, corazón, vasos sanguíneos, pulmones, piel, sangre y nervios periféricos.
«Sin un tratamiento apropiado, la inflamación sostenida erosiona el hueso y deforma las articulaciones en meses o años, generando discapacidad permanente. Con los avances de la medicina actual y los controles regulares, ese riesgo se reduce de manera significativa y muchas personas alcanzan remisión o baja actividad», explica la Dra. Saavedra.
El camino del paciente en esta enfermedad comienza generalmente entre los 30 a 50 años, aunque también existe la posibilidad de que surja en personas más jóvenes y adultos mayores. En este transitar, los pacientes pasan por periodos de brotes con molestias más agudas y periodos de remisiones, con muy poca o nula actividad inflamatoria.
Al respecto, la reumatóloga afirma que «además de la propia dinámica del sistema inmune, en los brotes y remisiones influyen la adherencia al tratamiento, las infecciones intercurrentes, el estrés, un mal dormir y el tabaquismo. Es importante contar con un plan integral de salud guiado por su especialista, con fármacos, ejercicios adaptados, buen descanso y manejo del estrés. Así se busca conseguir remisiones sostenidas y que los brotes sean más cortos y menos intensos».

El tratamiento de la artritis reumatoide incluye cambios en el estilo de vida, que son fundamentales en el control de la enfermedad. «No fumar, mantener peso saludable, cuidar la salud bucal, dormir bien, mantener las vacunas al día y realizar actividad física adaptada a cada paciente es lo principal. También la kinesiología y terapia ocupacional enseñan a proteger las articulaciones y a adaptar las tareas cotidianas. Una alimentación equilibrada, rica en proteínas, calcio y vitamina D, apoya la salud muscular y ósea», expresa la doctora Silvana Saavedra.

En el caso de tratamientos farmacológicos, se pueden utilizar antiinflamatorios no esteroidales, fármacos modificadores de la enfermedad y biológicos. «La terapia biológica ha revolucionado la historia de la artritis reumatoide para quienes no responden a los fármacos tradicionales. Al tener una eficacia elevada y sostenida, permiten alcanzar remisión o baja actividad en una proporción mayor de pacientes», plantea.

En esa línea, los biosimilares, que son medicamentos biológicos altamente similares a un biológico de referencia cuya eficacia, calidad y seguridad han demostrado ser equivalentes clínicamente, son opciones más asequibles para los sistemas de salud en términos de ahorro. Para la Dra. Saavedra «permiten tratar a más personas con los mismos recursos, reducir listas de espera y mantener la continuidad de tratamiento. En términos de salud pública, son una herramienta costo-efectiva que beneficia tanto a pacientes como al sistema», complementa.
Tabaquismo como factor de riesgo y desafíos en regiones

Sobre los factores de riesgos para desarrollar esta enfermedad, la reumatóloga afirma: «el tabaquismo es el factor prevenible más importante. También influyen antecedentes familiares, sexo femenino, obesidad, enfermedad periodontal y ciertas exposiciones ambientales; la genética puede aumentar la susceptibilidad, pero no determina el destino. No fumar y cuidar la salud dental son medidas simples que pueden marcar la diferencia».

Respecto de los desafíos a nivel país, la especialista argumenta: «en Chile si bien contamos con buenos tratamientos y equipos de salud capacitados, persisten brechas de acceso porque no todos llegan rápido al especialista y hay desigualdades regionales. Podemos mejorar el acceso con una derivación temprana desde los centros de atención primaria, protocolos establecidos de sospecha, telemedicina para regiones, compras públicas que mejoren precios, cobertura estable de medicamentos y rehabilitación, y educación para pacientes sobre adherencia y autocuidado. Todo esto reduce la discapacidad y costos a largo plazo para las familias y el sistema de salud», complementa.
En el marco de la concientización por el Día Mundial de la Artritis Reumatoide, la reumatóloga del Hospital Clínico de la Universidad de Chile concluye que es necesario que los pacientes con esta patología cuenten con un cuidado integral. «La buena noticia es que hoy contamos con terapias muy efectivas que permiten alcanzar remisión o baja actividad de la enfermedad, conservar la función de nuestras articulaciones y seguir con nuestra vida de forma habitual. Mi mensaje es de esperanza y acción: la artritis reumatoide se puede controlar. Si presentas síntomas, no hay que esperar. Con un diagnóstico oportuno y seguimiento, se puede prevenir el daño y mantener cada proyecto de vida», concluye.

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