Las intensas lluvias que han golpeado al sudeste asiático provocaron un devastador saldo de al menos 1.012 fallecidos entre Indonesia, Sri Lanka y Tailandia, en medio de un temporal que mantiene vastas zonas bajo el agua y miles de personas en situación crítica. La isla indonesia de Sumatra es, hasta ahora, la zona más afectada.
Según el último balance de la Agencia Nacional para la Gestión de Desastres (BNPB) de Indonesia, las muertes en ese país aumentaron de 442 a 502, mientras que los desaparecidos pasaron de 402 a 508. Además, se reportan 2.500 heridos y cerca de 550.000 evacuados.
Las inundaciones y deslizamientos de tierra han impactado a 1,4 millones de personas, principalmente en Sumatra Septentrional, Aceh y Sumatra Occidental, regiones que en conjunto albergan a más de 20 millones de habitantes. Testimonios desde las zonas afectadas describen cómo viviendas, locales comerciales y pequeñas comunidades fueron arrasadas por la crecida de los ríos, obligando a familias enteras a buscar refugio entre los pocos muros que permanecen en pie.
Aunque el agua ha comenzado a retroceder en algunos sectores, la situación sigue siendo crítica. En Aceh, al menos tres subdistritos continúan inaccesibles para los equipos de rescate. La magnitud del desastre ha sobrepasado a las autoridades locales, que junto a organizaciones civiles han solicitado al Gobierno declarar desastre nacional, una medida excepcional que en las últimas tres décadas solo se ha aplicado en tres ocasiones, incluyendo la pandemia de covid-19 y el tsunami del Índico en 2004.
En Tailandia, donde el agua ha comenzado a bajar en los últimos días, se reportan 176 fallecidos y millonarias pérdidas económicas en varias provincias del sur.
En Sri Lanka, la situación también sigue empeorando. Este lunes, las autoridades elevaron a 334 las muertes confirmadas, mientras 337 personas permanecen desaparecidas por efecto de las inundaciones.
