OPINIÓN

Batalla de Los Loros 14 de marzo de 1859, El triunfo de los Revolucionarios Constituyentes ( Guillermo Cortés Lutz, Doctor en Historia, GEA Atacama)

Como cada año, venimos a recordar, uno de los hitos más importantes  de la Revolución Constituyente de 1859, me refiero a  La batalla de Los Loros, ocurrida  el 14 de marzo de 1859,  a unos kilómetros al noroeste de la ciudad de La Serena, hacia la costa , en la quebrada de Los Loros.

 

Como sabemos los revolucionarios  de Atacama , con el apoyo de los rebeldes de la provincia de Coquimbo, buscaban derogar la constitución de 1833, carta magna centralista, autoritaria, que daba poderes absolutos al presidente.   El Movimiento rebelde y liberal   que derrocaría al gobierno del presidente Manuel Montt, se organizó en Copiapó, también en Concepción, Valparaíso, San Felipe, pero, ninguna de estas ciudades y de estos grupos liberales pudo levantarse efectivamente, solo Copiapó y la provincia de Atacama.  Estos revolucionarios luchaban por  derogar la constitución de 1833, y escribir una nueva carta política, donde existiera efectiva descentralización, tal vez, un Chile federal,   aunque eso no está del todo  claro.  Buscaban tener educación estatal,  la separación  de la iglesia  y libertad de sufragio. Si lo pensamos , eran  demandas muy similares a las  legítimas  demandas que enarboló el movimiento del 18 y 19 de octubre de 2019.

 

Pedro León Gallo, y los constituyentes  organizan un ejército y marchan a Santiago,    a derrocar al gobierno , y lo hacen a los acordes de  su propio himno, la Constituyente, financiados  con su propia moneda, el Peso Gallo, nuestra propia bandera azul con estrella dorada. El movimiento rebelde es como dijo el historiador Rodrigo Zalaquett, una alianza  pluriclasista, compuesta por  obreros, mineros, artesanos, profesionales y la élite minera.

Al mando de  los revolucionarios  estaba Pedro León Gallo, y secundado por  Felipe Santiago Matta, quien construyo la actual Casa Matta, Ramón Arancibia, por el serenense Vicente Zorrilla y Pedro Pablo Muñoz, las tropas del ejército chileno que apoyaban al presidente Manuel Montt, estaban al mando del Teniente Coronel José María Silva Chávez, quien arrogantemente  se jactó que destrozaría a los pollos de Gallo. La Batalla de decidió a favor de los revolucionarios de Atacama. A mediodía, la tropa popular saca los corvos  y pone en fuga al ejército, Pedro León Gallo, es herido a bala, y triunfan los revolucionarios.

Joaquín Blest Gana, nos dice que ; Gallo entró a La serena triunfante y dando un ejemplo de moralidad que tanto faltaba a la tropa del Gobierno, se estacionó en la ciudad conquistada manteniendo la más severa disciplina de su tropa.    La picaresca popular, recordó al Teniente Coronel Silva Chávez, su arrogancia, con un poema posterior a la batalla, que decía así:  Hay mi don Manuel, como le ponen escollos, pregúntele a Silva Chávez, como le fue con los pollos”.

 

Después de la batalla de Los Loros y de la Revolución Constituyente, Chile  cambió radicalmente, y entramos a una etapa más liberal, pero por cierto no se resolvieron todos los problemas sociales, políticos,  o los que genera hasta hoy el tan nefasto centralismo. Y con respecto a Pedro León Gallo, a veces tan desairado, decir  que  a su vuelta del exilio, estando en Valparaíso, se definió: “como rojo, porque ese color representaba la equidad y la  eterna justicia”, según nos dice  el Doctor en Historia, y  académico de la Universidad Católica, Gonzalo Gazmuri en su obra;  El 48 chileno. Y como siempre digo, este joven rebelde,  tenía 29 años cuando lideró la revolución,  es decir era más joven que nuestro actual presidente.   Pedro León Gallo,  se enfrentó al ejército y los venció, se enfrentó a la aristocracia terrateniente  centralista,  disparo balazos,  pero también los recibió, lo que finalmente le costó la vida,  fundo un partido político con el que se enfrentó a la iglesia ultra conservadora, pusieron en marcha el primer Liceo de niñas de Chile, en fin… Sin duda hizo mucho más que algunos revolucionarios de café que hoy día, sin leer  y comprender la historia,  siúticamente  lo critican.

 

 

 

 

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