El dolor de un nuevo femicidio en Vallenar.: Por Nataly González Directora Regional de Prodemu

Se acerca la conmemoración del 25 de Noviembre, Día Internacional de la eliminación de la violencia hacia las mujeres, y Atacama está de luto ante el tercer femicidio que tiene lugar en la región durante 2015.

 

A los femicidios de la joven de 21 años Stephania Morales Rivera en Caldera y de Yocelyn Riquelme González de 31 en Paipote, se suma el de Julia Poblete Ramírez de 33 años ocurrido el 15 noviembre en Vallenar.

 

La violencia contra las mujeres y niñas, en cualquiera de sus manifestaciones, es la violación a los derechos humanos más habitual, naturalizada y que afecta a la mayor cantidad de población en el mundo. En 2013 la Organización Mundial de la Salud (OMS) la calificó como un problema de salud pública con proporciones de epidemia. El femicidio es la expresión más extrema de este continuo de violencia que viven las mujeres durante toda su vida, tanto en los espacios públicos como al interior de sus hogares.  

 

El Gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet se hace cargo del tema con un Plan Nacional de Acción de Violencia contra las Mujeres que, entre otros aspectos, está analizando modificaciones a la actual Ley de Violencia Intrafamiliar para ampliarla a violencia hacia las mujeres, el aumento de casas de acogida y de centros de la mujer, campañas de sensibilización, entre otras medidas en atención y reparación.

 

Sabemos que se debe mejorar el dispositivo de respuesta frente a la denuncia de una mujer que vive violencia, pero el Estado por si sólo no tiene en sus manos la solución al que es uno de los problemas sociales más graves que enfrenta Chile. Para prevenir la violencia es imperativo asumir como sociedad el compromiso de no amparar, de denunciar y de no dejar solas a las sobrevivientes.   

 

Contamos con el movimiento de mujeres y feminista, con las agrupaciones de mujeres, que porfiadamente impiden que estos hechos pasen al olvido y se transformen con el tiempo en un número más para las estadísticas, pero éste no es un “tema de mujeres”, muy por el contrario, debe movilizarnos a todas y todos, para transformarnos en agentes activos para su prevención, sanción y erradicación.

 

Las palabras no bastan, tampoco los esfuerzos aislados. Hay que estar presentes en el día a día, sobre todo con reflexión sobre la forma en que educamos a nuestras niñas y niños, apostando a un cambio cultural que nos permita crecer en igualdad. Sólo si nos hacemos cargo de terminar con la violencia hacia las mujeres podremos avanzar a ser un país más justo y democrático, con una mejor calidad de vida para sus mujeres y hombres.

 

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba