En un emocionante enfrentamiento durante la cuarta jornada de las eliminatorias sudamericanas del Mundial de 2026, Uruguay, dirigido por el estratega Marcelo Bielsa, logró una victoria histórica al vencer por 2-0 a Brasil en el Estadio Centenario de Montevideo.
La Celeste, que no conseguía vencer a su rival en más de 22 años, mostró un desempeño destacado, imponiéndose con goles de Darwin Núñez en la primera parte y de Nicolás de la Cruz en la segunda. La victoria se vio empañada para Brasil por la lesión de Neymar, quien abandonó la cancha en camilla y visiblemente afectado.
Uruguay, ahora con siete puntos en la clasificación, superó a Brasil por diferencia de goles y se posiciona en el segundo lugar, justo detrás de Argentina.
En los primeros minutos del encuentro, la Celeste optó por una presión alta, complicando la salida desde el fondo de un Brasil que intentó aprovechar la velocidad de Vinicius Junior y Rodrygo Góes. A medida que avanzó el partido, el equipo de Marcelo Bielsa retrocedió estratégicamente y utilizó balones largos para buscar a Darwin Núñez, bien controlado por los centrales brasileños Marquinhos y Gabriel Magalhaes.
Brasil, volcándose al ataque, amenazó con buenas jugadas de sus extremos madridistas, Neymar y Gabriel Jesus. Sin embargo, la primera mitad concluyó con ambos equipos estudiándose y generando pocas oportunidades de gol.
El momento decisivo llegó a los 41 minutos, cuando Uruguay encontró la oportunidad perfecta para el desborde por izquierda de Maximiliano Araujo, quien asistió a Darwin Núñez para un potente cabezazo que inauguró el marcador.
Tras el gol, Brasil sufrió la pérdida de Neymar Junior debido a una lesión en un enfrentamiento con De la Cruz. La segunda mitad comenzó con el equipo de Bielsa dominando, y a los 77 minutos, Nicolás de la Cruz selló la victoria con un potente disparo, marcando el 2-0 final.
Con esta victoria, Uruguay pone fin a más de dos décadas de sequía ante Brasil y avanza con paso firme en las eliminatorias, consolidándose como un contendiente serio. El Estadio Centenario celebró la hazaña ante más de 50,000 espectadores, reviviendo la gloria de ser la sede de la primera final de la Copa del Mundo en 1930 y anticipando su papel en el Mundial de 2030.
