Colo Colo barre con la UC en el Monumental

Los albos se imponen 2-0, con goles de Paredes y Vilches. Los cruzados sufren su cuarta derrota consecutiva y el Cacique es exclusivo líder del torneo.

Demasiada distancia. Humillación, paliza. Colo Colo hace lo que quiere: taquitos y hoyitos, lujitos sobrados, incluso. Y los jugadores de Universidad Católica parecen estacas, palitroques que ven pasar una y otra vez a sus rivales, impotentes. No hay caso con el bicampeón, está desaparecido, y los albos aprovechan esa enorme diferencia para firmar una victoria clara por 2-0, que debió ser una goleada en el Monumental.

Las pizarras jugaron su partido aparte, como siempre sucede cuando se enfrentan las bancas de Guede y Salas. El dibujo inicial, en todo caso, era muy parecido. Los dos elencos con línea de tres en el fondo y con un mediocampo poblado. El gran matiz, sin embargo, es que el Cacique lleva rato jugando de esta forma, mientras los cruzados empezaron este experimento en la fecha anterior (con una derrota). Por eso Guede ganó por lejos.

El manejo de los tiempos, de los espacios y de los movimientos se veían totalmente aceitados en Colo Colo. De entrada fue así y con letras mayúsculas. Si ya a los cinco minutos, el local  se puso en comando del marcador gracias a su talismán del gol. Esteban Paredes se elevó y cabeceó directo al 1-0. Miradas perdidas en la defensa estudiantil, especialmente de Germán Lanaro, cuya falta de fútbol (y viveza) se hizo evidente en la débil marca sobre el ariete de los albos.

La jornada se traslucía larga y sofocante para la UC. Se comprobó con el correr de los minutos, en los que el líder del Clausura dominó todas las acciones del juego. Jaime Valdés, con una libertad inexplicable (¿A qué entraron juntos Kalinski, Lobos y Fuentes?), se convirtió en el conductor perfecto del baile colocolino. Secundado por un vistoso Ramón Fernández, que se movía a su gusto entre la mitad del campo y el arco contrario.

Esa línea de tres cruzada funcionaba sin sentido. La izquierda fue un pasadizo para Figueroa, también de tarde inspirada. Parot y Cordero, simplemente, se veían inútiles en el campo. Debió ser mayor la ventaja antes del descanso, pero no se concretó.

Católica no ejecutó cambios en el descanso. Lo único distinto en la visita fue la ausencia de Mario Salas, el técnico que otra vez fue expulsado y no pudo salir a la cancha. La cosas seguían mal para los de la franja y cualquier ilusión se esfumó a los 47’, con la anotación de Andrés Vilches.

A esa altura, y por lo visto en la cancha, la goleada estaba dando botes. Era cosa de apretar un poco más, de ser un poco más contundente. La UC, al bordel nocáut, no tenía cómo evitarla. Paredes quiso definir con un taco y se la sacaron de la raya. Valdés y Vilches también tuvieron el tercero en sus pies, mas ese festejo no llegó.

Curiosamente, los cruzados mejoraron con la salida de Diego Buonanotte, otro que nunca llegó al partido. Fue también por el relajo de los dueños de casa, que se sabían ganadores y punteros del campeonato. La mala noticia de la lesión de Villar (parece de cuidado) no alcanzó a amargar la alegría de los hinchas albos. El campeón comienza a despedirse de su corona con la cuarta derrota consecutiva y con el desafío de la Copa Libertadores encima, como visita ante Atlético Paranaense.  Que despierte o que se prepare para un fracaso.

Colo Colo, en cambio, se encamina firme hacia una nueva estrella. Depende sólo de Guede y sus pupilos. Y de que los puntos ganados con justicia en la cancha no se pierdan por líos administrativos generados por la misma banca del Cacique.

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