OPINIÓN

El fracaso educacional de la izquierda ( Patricio Urquieta García, ex Intendente Región de Atacama )

 

Atacama tiene los peores resultados educacionales del país en la prueba SIMCE. El resultado más bajo es en lectura (2º medio), y matemáticas (4º básico y 2º medio). Según el Ministro de Educación, es producto de la educación a distancia durante la pandemia. Por cierto, se equivoca. Hay al menos 3 factores que influyen en el resultado, respecto de los cuales la izquierda es la principal responsable.

El primero es la asistencia a clases. Atacama se ha destacado por tener un porcentaje de inasistencia grave. El año 2022 fue la región con más inasistencia en Chile (57% del alumnado), y también lo fue en 2019 (con 28%) junto a Los Lagos.  Todos los años  la izquierda apoya paros de profesores, las tomas de colegios y las movilizaciones estudiantiles que obstaculizan el avance del proceso educativo. A fines del 2019 e inicios del 2020, grupos de estudiantes se movilizaron contra el sistema, dañaron la infraestructura de sus liceos y de otros, y pedían a los demás estudiantes –atemorizados– salir de clases y sumarse a la “manifestación”.  El mismo año el Colegio de Profesores solicitó el inmediato cierre de los colegios por la pandemia. El 2021 la oposición (hoy Gobierno) acusó constitucionalmente al ex Ministro de Educación del Presidente Piñera, por impulsar el retorno a clases. Todo en sintonía.

El segundo es la ideología del igualitarismo. Ella desconoce el valor del esfuerzo personal y del mérito. Que nadie repita de curso en forma automática por las notas –acuerdo del Consejo Nacional de Educación al término del Gobierno de Bachelet 2– le restó toda importancia al desempeño académico. Las leyes para terminar con el mérito, la selección y el aporte de los padres a la educación, y para centralizar la educación en los nuevos servicios locales (SLEP) son una nula contribución a la calidad de la educación.

El tercero es la politización de la comunidad educativa. La relación horizontal entre alumnos, padres y profesores, las consignas en favor del comunismo en los muros, y la violencia de los estudiantes en la sala de clases, diluyeron las normas de conducta y destruyeron el respeto recíproco en el aula, cayendo así la autoridad del profesor. Hoy –y desde hace años, recordando los manuales distribuidos el 2014– la agenda de la izquierda es la educación sexual de niños, y eliminar la distinción entre hombres y mujeres.

La mejor iniciativa pública del último tiempo ha sido “Liceos Bicentenario” (la misma que este Gobierno quiso destruir). Por desgracia, estando inserto en el sistema SAE, literalmente necesita “suerte” para ingresar. Al final, hoy –aunque la hipocrecía lo contradiga– la educación privada es la prioridad de quienes pueden pagarla, y en especial para los de izquierda.

 

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