Los brasileños vuelven a protestar en las calles pero en menor número

Los brasileños volvieron este domingo a las calles para protestar contra el Gobierno y la corrupción pero en menor número que el 15 de marzo pasado, cuando cerca de dos millones de manifestantes marcharon por decenas de ciudades.

Las protestas que habían sido programadas para la mañana de este domingo frustraron a los movimientos sociales que las convocaron y que esperaban un número de manifestantes mayor que hace un mes.

En Brasilia el número de manifestantes cayó desde los 50.000 contabilizados por las autoridades el 15 de marzo hasta los cerca de 20.000 que, según la policía, marcharon este domingo por la Explanada de los Ministerios, la ancha avenida de la capital del país sobre la que están ubicadas las principales sedes de los tres poderes.

En Belo Horizonte, capital de Minas Gerais y en donde en marzo la manifestación congregó a 20.000 personas, tan sólo unas 5.000, según la policía, se concentraron en la Plaza de la Libertad.

De acuerdo con el portal de noticias G1, las manifestaciones realizadas en la mañana de este domingo en 35 ciudades de 12 estados del país congregaron a unas 41.000 personas.

Los números deben crecer en la tarde, para cuando están programadas protestas en otras decenas de municipios, incluyendo Sao Paulo, la mayor ciudad del país y en donde cerca de un millón de personas participó en la manifestación del 15 de marzo.

Pese a que ganaron el apoyo de los principales partidos de la oposición, las manifestaciones fueron convocadas en las redes sociales por grupos como Movimiento Ven a la Calle Brasil, Revoltosos Online y Movimiento Brasil Libre, que se dicen independientes de las formaciones políticas.

Estas organizaciones se dicen indignadas con la situación política y económica del país y reivindican reformas, mayores inversiones en salud y educación, y combate a la corrupción.

Gran parte de los manifestantes exige la renuncia de la Presidenta brasileña, Dilma Rousseff, o que el Congreso le abra un juicio político con vistas a su destitución por la supuesta responsabilidad de la mandataria en el escándalo de corrupción descubierto en la petrolera brasileña Petrobras.

Según una encuesta divulgada el sábado por la firma Datafolha, el 75 % de los brasileños apoya las manifestaciones y un 63 % defiende el juicio político contra la jefe de Estado.

El gigantesco escándalo de corrupción en el seno de la petrolera estatal, investigado desde hace más de un año, ha ganado dimensión en los últimos días con la apertura de investigaciones a cerca de 50 políticos, en su mayoría oficialistas, que supuestamente recibieron sobornos de miles de millones de dólares desviados de la petrolera.

En todas las protestas los manifestantes marcharon vistiendo camisas con los colores amarillo y verde de la bandera nacional, en su mayoría de la selección de fútbol, y cargando letreros en los que expresaban sus reivindicaciones.

«Fuera Dilma», «Fin a la corrupción» y «Fuera el PT» (en referencia al oficialista Partido de los Trabajadores) eran los letreros -y los gritos- que se repetían en todas las ciudades, aunque no faltaban reivindicaciones regionales y de grupos específicos, como las que pedían aumento salariales para profesores o que se archive el proyecto de ley que reglamenta la contratación de trabajadores tercerizados.

Los manifestantes, muchos usando pitos o haciendo tocar cacerolas, marcharon en un clima de paz en ciudades que cerraron sus principales avenidas y que reforzaron la presencia policial para evitar incidentes.

Pese a que los organizadores de las protestas insisten en definirse como demócratas, algunos grupos minoritarios defendían incluso una intervención militar para derrocar a la jefe de Estado.

EFE

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