OPINIÓN
«Seguimos avanzando en materia económica en el país» Por Sofía Vargas Roberts, (Seremi de Gobierno Atacama)

A un año de Gobierno del Presidente Gabriel Boric, no se ha visto ni de cerca los malos augurios en economía. Esta semana el Ministro Marcel señaló en una entrevista que «no hemos estado para nada cerca de esta idea de que venía una catástrofe, una recesión profunda”, y ¡claro! Si el IMACEC registró un alza de un 0,4% después de las expectativas negativas que teníamos el año pasado. En lugar de ello se ve una estabilización de la situación macroeconómica.
A ello se suma a nivel local la estimación que realizan economistas, donde se destaca el aumento de la actividad minera. Esto sin dudas que va mostrando una mejora en la gestión de la economía del país. Un aumento del 0,5% registró la actividad minera, esto sin dudas repercute en Atacama.
A ello debemos sumar que Chile volvió a ser el país más atractivo para la inversión extranjera en Latinoamérica, según el indicador que elabora el medio especializado en economía Bloomberg. En los últimos meses Chile bajó en el riesgo asociado a la inversión por sus condiciones económicas y superó a países como Panamá o Perú.
Sin duda que esto demuestra que si aumentamos el diálogo, si resolvemos nuestras diferencias dentro del marco de la democracia, como lo ha hecho Chile en los últimos años, y donde el actual Gobierno del Presidente Boric da espacio a todos los sectores de la sociedad chilena, podemos prosperar.
El desafío sigue, y si bien las cifras macroeconómicas mejoran, también nos interesa seguir apoyando la economía de las familias. Por eso el ex bono marzo ya se está entregando y recibió un aumento. Esta es sólo una de las distintas medidas en materia de seguridad económica que lleva adelante el Gobierno.

OPINIÓN
«El Rol de la Eficiencia Energética en la Transición» Por Carlos Silva, (Facultad de Ingeniería y Ciencias de la U.Adolfo Ibáñez)

Como cada 5 de marzo, el mundo conmemora el Día de la Eficiencia Energética, y en este sentido la transición energética involucra un cambio profundo no solo en la forma de producir energía, sino también en cómo esta se transporta, distribuye y consume. Así, en la medida que la energía se consuma de manera eficiente, se ahorra parte de esta en el punto de consumo, y se evita el gasto energético y pérdidas que se producen al llevar la energía desde su punto de generación hasta el consumo final.
Aun considerando la importancia de la eficiencia energética en la transición, la visualización de esta última evoca principalmente imágenes de plantas solares fotovoltaicas o de imponentes turbinas eólicas, o mejor aún, paneles solares con turbinas eólicas en segundo plano. Estas tecnologías, aunque de una importancia innegable para la transición, suponen desafíos importantes para su integración a la matriz energética.
Una vez establecida la importancia de la eficiencia energética para la transición, cabe preguntarse por qué, en la práctica, no se le considera en el lugar que debiera. Esto no solo desde la percepción, sino también basados en los niveles de inversión pública y privada en las tecnologías habilitantes de la transición energética, donde, indiscutidamente, las energías solares y eólicas llevan la delantera.
Si analizamos las barreras y desafíos que enfrentan la eficiencia energética y dificultan su visualización, tenemos que, en primer lugar, la eficiencia energética no es glamorosa. Un programa de recambio de luminarias, refrigeradores o motores, que permita ahorrar varios MW, no convoca el mismo nivel de atención que una planta solar fotovoltaica de la misma potencia. Simplemente, no es posible apreciar la magnitud e importancia de la eficiencia energética de la misma forma.
En segundo lugar, la inversión en eficiencia energética es poco bancable, lo que dificulta su desarrollo, y en particular pone una barrera financiera a las empresas de servicios energéticos (ESCO) que invierten para sus clientes. El fundamento de esta última idea radica en que la inversión en eficiencia energética no es un buen colateral o garantía debido a que, muchas veces, los productos y servicios de dicha inversión no tienen un mercado secundario relevante. A modo de ejemplo, si un proyecto basado en mejoras en procesos, o recambio de tecnología, ya sea motores, luminarias o algún otro tipo de equipamientos, tiene problemas financieros que fuercen al banco a liquidar sus activos, este obtendrá únicamente una fracción de su valor de adquisición. Esto no permite que el valor residual de la inversión en eficiencia sirva como colateral para acceder al sistema bancario.
Finalmente, la eficiencia energética puede ser promovida por grandes empresas o mineras, pero el grueso de su potencial radica en los sectores de pequeña industria, público, residencial y comercial a través de mitigación de barreras y la implementación de programas que apuntan a miles o incluso cientos de miles de usuarios. En este sentido, el avance de la eficiencia energética requiere de la intervención de entidades articuladoras, ya sea empresas de distribución de energía o del propio Estado.
La importancia de la eficiencia energética para la transición es clave, sin embargo, su promoción requiere un entendimiento profundo de sus dinámicas y un Estado muy activo en la mitigación de barreras, en particular las de información y de financiamiento, y la articulación de programas masivos que lleven a la eficiencia energética a los territorios. Sin un gasto público/privado relevante en estos programas, los avances en eficiencia serán limitados.
OPINIÓN
Chat GPT: ¿amenaza u oportunidad académica? Por Gabriel Canihuante, (periodista, académico U. Central Coquimbo)

Este verano, que ya se aproxima a su fin, un tema sobre el cual se ha conversado en diversos círculos es el del ChatGPT. La sigla GPT se refiere a Generative Pretrained Transformer, o sea, un modelo de lenguaje generativo. En otras palabras, es un sistema creado por inteligencia artificial con el que cualquier persona puede interactuar para pedir información sobre los temas más diversos.
Una vez inscritos mediante la creación de una cuenta en el sitio chat.openai.com, el internauta podrá escribir su pregunta o solicitud en una barra, y el sistema le responderá en pocos segundos a su requerimiento.
Probé preguntando quién es Gabriela Mistral y el chat elaboró un texto de unas 20 líneas. Ahí estaba lo esencial. Nada mal.
Mario Arroyo, un español creador de vídeos en la plataforma Xataka, pidió al sistema, entre otras demandas, que escribiera un poema para una chica llamada Raquel y, en instantes, el poema estaba ahí, ante sus sorprendidos ojos en la pantalla de su computador. El chat también analizó un producto (un móvil), redactó un breve ensayo, preparó una clase de matemáticas, etc.
“Con esto se me olvida el pensar”, sostuvo entonces el videasta español y esta frase, que da para un ensayo en otro momento, es bueno tenerla en cuenta.
Antes fueron Google y Wikipedia las herramientas que más utilizaron algunos estudiantes para hacer sus tareas y responder a evaluaciones, a veces sin poner mucho de su parte, mediante un plagio más o menos descarado. Otros, alumnos y profesores, se apoyaron en esos recursos para construir conocimiento propio, que de eso se trata y no solo de copiar.
Sin duda, el ChatGPT será el nuevo recurso que estudiantes y profesores estarán usando en Chile a partir de este año académico. Aunque en algunos establecimientos podría llegar a restringirse su uso como se ha hecho en algunos países. La subsecretaria de prensa de las escuelas públicas de Nueva York -donde se prohibió-, sostuvo que “Si bien la herramienta puede proporcionar respuestas rápidas y fáciles a las preguntas, no desarrolla habilidades de pensamiento crítico y resolución de problemas, que son esenciales para el éxito académico y de por vida”, según reportó la cadena CNN hace algunas semanas (09/01/2023).
Para el sociólogo Antonio Casilli, entrevistado por El Mercurio (26/02/2023), el nuevo recurso es solo una herramienta como un frigorífico o una calculadora. Al chat, explica este profesor del Instituto Politécnico de París, no le hace preguntas, le da instrucciones. No es un ser humano, sino una máquina. Un sistema que por lo demás se alimenta de mano de obra muy barata, trabajadores mal pagados en Kenia, India o Venezuela.
Dice el académico: “mis estudiantes y yo vivimos en la misma realidad y aprendemos juntos utilizando las herramientas que tenemos a nuestra disposición. Si la herramienta hoy es ChatGPT, usémosla”.
Después de preguntarle al Chat por Gabriela Mistral me entusiasmé y le pedí que me dijera lo que sabe sobre el maestro Jorge Peña Hen y para mi sorpresa me respondió que no tenía idea. Ahí está mal la máquina, ahí falla el sistema, pero lo más probable es que no se demore mucho en alimentarse de información sobre este destacado músico, maestro, compositor y director de orquestas, tan querido por la Región de Coquimbo.
Las tecnologías no son buenas o malas ni neutras tampoco, pero las hemos creado los seres humanos para que nos sirvan. Prohibirlas no parece tener sentido, sino más bien incorporarlas de modo productivo y controlado para que realmente sean una herramienta de aprendizaje y no una nueva trampa que conduzca, a estudiantes y docentes, por el camino del menor esfuerzo.
Esto lo escribí sin pedir ayuda al ChatGPT.
OPINIÓN
El valor de una olla (Por Juan Cristóbal Romero, director ejecutivo del Hogar de Cristo)

“Tenemos alimentos, nos ha llegado ayuda: lo que no tenemos son ollas, cucharones, platos, para cocinarlos”, comentaba una madre, parada sobre lo que se salvó del radier sobre el cual estaba su casa en el pueblo de Santa Juana, provincia de Concepción, recién ocurridos los megaincendios.
La falta de una olla puede no parecer dramática frente a las ya más de 450 mil hectáreas, fundamentalmente en las regiones de Maule, Ñuble, Biobío y La Araucanía a causa del fuego, que ha alcanzado una intensidad muchísimo mayor que la vista el año 2017 y con un nivel de afectación que no cesa.
Pero lo es.
Forma parte del desamparo en que han quedado las familias, con sus vidas y sus rutinas laborales, domésticas, cotidianas, absolutamente trastornadas.
La falta de agua –un tremendo tema que ya está derivando en problemas de salud pública, como las infecciones urinarias que están campeando entre las mujeres de las zonas devastadas–; de conectividad –se han quemado antenas de celulares y son muchos los que han perdido sus aparatos en medio de las evacuaciones, así como los autos en que se movilizaban–; de papeles para hacer trámites claves –hemos visto cientos de casos de cédulas de identidad, licencias de conducir y toda suerte de documentos convertidos en cenizas–, son realidades que limitan la necesaria y rápida reconstrucción.
Más, cuando los incendios no amainan. Y la urgencia está en apagarlos.
Los números esta semana hablan de más de 2 mil casas destruidas, 7 mil damnificados, 24 personas muertas y 26 grandes quemados. Esto es: personas que han resultado con el 70 por ciento de su cuerpo quemado, quienes en la evacuación han sido alcanzados por las llamas, como les sucedió a un adolescente y su abuela en Teodoro Schmidt, en La Araucanía.
Traumas así de profundos –como la muerte de un ser querido, el verlo quemarse, la destrucción de lo material y lo inmaterial, como los recuerdos consumidos por las llamas–, requieren con urgencia de una primera ayuda de emergencia. Esa es parte de lo que busca lograr nuestra campaña #JUNTOSXCHILE: Mil millones para mil hogares: entregar apoyo social de primera respuesta a familias en situación de vulnerabilidad que lo requieren para enfrentar la emergencia.
Esto implica en lo concreto vincularlos con las redes territoriales; entregar información relevante; facilitar la entrega de ayuda material para la satisfacción de necesidades básicas y, quizás lo más importante, dar contención emocional de primera respuesta y derivación a especialistas. Esta tarea está a cargo de un coordinador, dos trabajadores sociales y cinco monitores de nuestra fundación que estarán trabajando en terreno en las regiones del centro sur donde tenemos presencia.
Y volviendo a la falta de ollas y utensilios, que no es para nada un tema trivial, Hogar de Cristo, tal como hicimos para los megaincendios de 2017, habilitaremos interiormente las viviendas de emergencia con un kit que incluye una mesa de comedor con 4 sillas, un refrigerador de 175 litros, un microondas, un hervidor, toallas y vasos, que complementarán los enseres que incluyen las casas provistas por el Estado.
Resurgir de las cenizas no es fácil, superar, como el Ave Fénix, un suceso traumático que trastoca la vida y la parte dramáticamente en un antes-después, el apoyo y la empatía de otros es clave. El sentir que no están solos en su desgracia.
Los psicólogos hablan del crecimiento postraumático, que son cambios de carácter positivo que las personas pueden llegar a experimentar tras haber vivido una tragedia como la actual. Para conseguir ese efecto virtuoso post catástrofe es vital estar todos #JuntosXChile. Por ese Chile quemado que requiere ayuda.
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