OPINIÓN

“Gallo y la Revolución Constituyente” Por Por Sofía Cid Versalovic (Diputada de la República)

Don Pedro León Gallo Goyenechea es sin lugar a dudas un personaje que ha marcado a fuego la historia de Atacama, y cuya sombra se sigue proyectando hoy en pleno siglo XXI. Lo habitual es destacar su rol como político, pero se olvida a menudo que fue un gran empresario minero y talentoso poeta.

Una personalidad bastante completa. Tras estudiar en Copiapó y después en el Instituto Nacional, y a diferencia de sus hermanos, descartó los estudios de derecho por su inclinación a la filosofía, la historia y sobre todo la literatura.

El imaginario político mantiene viva su figura como el caudillo de Atacama, y se ha construido un relato político moderno en torno a la Revolución Constituyente del 5 de enero de 1859. Pero la verdad es que dista bastante del original.

Más allá del mito y la leyenda, la historiografía seria nos permite comprender que se configuraron una serie de factores para que Copiapó y Atacama fueran el escenario de este acontecimiento político, entre los que destacan dos grandes causas que explican la Revolución de Gallo.

En primer lugar, la situación de la industria minera de Atacama. Existía una constante tensión con el Gobierno del presidente Manuel Montt, la que se volvió una abierta confrontación en torno a la carga tributaria impuesta a la actividad y la aspiración de administrar localmente, hoy diríamos “regionalmente”, los recursos obtenidos por esta vía. La segunda causa, fue el surgimiento a nivel nacional de una oposición liberal al gobierno del presidente Manuel Montt. La plataforma política de esta oposición apuntaba precisamente a disminuir el poder del Ejecutivo, descentralizar administrativamente la República y fomentar la tolerancia religiosa, todo ello por medio de la modificación de la Constitución de 1833.

Paradójicamente la primera legislación real de descentralización política administrativa solo llegaría en 1891 con la aprobación de la Ley de Comuna Autónoma, iniciativa del Partido Conservador y que no contó con los votos del Partido Radical de la época.

Como diputada de centroderecha por Atacama, siento que las ideas de mi sector tienen una mayor conexión hoy con las ideas originales de la Revolución de 1859 que las que pueden tener las ideas de la izquierda; yo también creo en menos impuestos, menos burocracia y toma de decisiones a nivel local.

 

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